Miguel Cane
En su debut como director, el guionista Oren Moverman se permite el prescindir de los artificios habituales del melodrama y aborda una historia perfectamente escrita, modesta y realista, que se centra en las actuaciones de Ben Foster y Woody Harrelson quienes consiguen dar verosimilitud y calidez a sus personajes, que llevan en sus hombros el peso del film.
El sargento Will Montgomery fue herido en la guerra de Irak y es asignado al servicio de notificaciones durante los tres meses de servicio que le quedan. A las órdenes del capitán Stone (Harrelson), un veterano que no ha visto acción de campo y realiza su trabajo burocrático apegado obsesivamente a la norma, Will entra en contacto con el dolor de los familiares de los caídos en combate cuando les comunica el fallecimiento de su ser querido, mientras arrastra sus propias cargas personales. En contra del protocolo encuentra en una de las viudas (la siempre brillante Samantha Morton) un atisbo de lo que podría ser su vida si tomara control de ésta y eso lo sacude.
Moverman, guionista de la notable I’m not there (Todd Haynes, 2007) se ocupa de dar un matiz especial a la historia y esto es un acierto. Con una mano firme en la dirección, el peso de la historia y el calibre de las interpretaciones de sus dos protagonistas resaltan con fuerza. Esta historia se aproxima al dolor ajeno y personal causado por la guerra tanto en soldados como en sus familias de forma honesta e inteligente, dejando transmitir las sensaciones de su trama sin tener la necesidad de simplificarlas para el espectador.

En todo momento el filme es contenido y fiel a su estilo, incluso en el demoledor clímax. Como es natural, los personajes son consecuentes con su planteamiento y su evolución, algo cada vez menos común en Hollywood, con su necesidad de impactar emocionalmente aunque sea de forma artificial mediante efectos baratos y giros descabellados. A pesar de que en ciertos momentos el filme se quede sin energía y parezca que no tiene intención de avanzar el camino que ha iniciado, las interpretaciones que contiene la película mantienen un buen nivel y fuerza. Ben Foster construye perfectamente un complicado personaje sin exageraciones y Woody Harrelson demuestra su valor actoral con un trabajo impactante.
El Mensajero – que llega con un año de retraso a las pantallas, pero esto es mejor que nada- es un filme conmovedor, con grandes virtudes, destacando no únicamente la forma en la que aborda su historia y la calidad del guión sino también la credibilidad de sus emociones gracias a dos actores en perfecta sintonía con sus personajes. Sin duda, Moverman tiene un talento notable y éste dará mucho al cine, que precisamente requiere nuevas voces y nuevas formas de narrar.
El Mensajero / The Messenger
Con Woody Harrelson, Ben Foster, Jenna Malone, Eamonn Walker y Samantha Morton.
Dirige: Oren Moverman
Estados Unidos 2009
En su debut como director, el guionista Oren Moverman se permite el prescindir de los artificios habituales del melodrama y aborda una historia perfectamente escrita, modesta y realista, que se centra en las actuaciones de Ben Foster y Woody Harrelson quienes consiguen dar verosimilitud y calidez a sus personajes, que llevan en sus hombros el peso del film.
El sargento Will Montgomery fue herido en la guerra de Irak y es asignado al servicio de notificaciones durante los tres meses de servicio que le quedan. A las órdenes del capitán Stone (Harrelson), un veterano que no ha visto acción de campo y realiza su trabajo burocrático apegado obsesivamente a la norma, Will entra en contacto con el dolor de los familiares de los caídos en combate cuando les comunica el fallecimiento de su ser querido, mientras arrastra sus propias cargas personales. En contra del protocolo encuentra en una de las viudas (la siempre brillante Samantha Morton) un atisbo de lo que podría ser su vida si tomara control de ésta y eso lo sacude.
Moverman, guionista de la notable I’m not there (Todd Haynes, 2007) se ocupa de dar un matiz especial a la historia y esto es un acierto. Con una mano firme en la dirección, el peso de la historia y el calibre de las interpretaciones de sus dos protagonistas resaltan con fuerza. Esta historia se aproxima al dolor ajeno y personal causado por la guerra tanto en soldados como en sus familias de forma honesta e inteligente, dejando transmitir las sensaciones de su trama sin tener la necesidad de simplificarlas para el espectador.

En todo momento el filme es contenido y fiel a su estilo, incluso en el demoledor clímax. Como es natural, los personajes son consecuentes con su planteamiento y su evolución, algo cada vez menos común en Hollywood, con su necesidad de impactar emocionalmente aunque sea de forma artificial mediante efectos baratos y giros descabellados. A pesar de que en ciertos momentos el filme se quede sin energía y parezca que no tiene intención de avanzar el camino que ha iniciado, las interpretaciones que contiene la película mantienen un buen nivel y fuerza. Ben Foster construye perfectamente un complicado personaje sin exageraciones y Woody Harrelson demuestra su valor actoral con un trabajo impactante.
El Mensajero – que llega con un año de retraso a las pantallas, pero esto es mejor que nada- es un filme conmovedor, con grandes virtudes, destacando no únicamente la forma en la que aborda su historia y la calidad del guión sino también la credibilidad de sus emociones gracias a dos actores en perfecta sintonía con sus personajes. Sin duda, Moverman tiene un talento notable y éste dará mucho al cine, que precisamente requiere nuevas voces y nuevas formas de narrar.
El Mensajero / The Messenger
Con Woody Harrelson, Ben Foster, Jenna Malone, Eamonn Walker y Samantha Morton.
Dirige: Oren Moverman
Estados Unidos 2009
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