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Medianoche en París / Midnight in Paris, de Woody Allen

Written By sitemp3 on Sabtu, 30 Juli 2011 | 13.04

Sueños de un seductor

Miguel Cane



Desde hace algunos años, Woody Allen se ha acercado a una nueva manera de hacer cine: sus más recientes filmes poseen, casi en su totalidad, un cariz europeo, que los aparta de lo que antes eran sus tradicionales y neurasténicos filmes neoyorquinos. No es que estén desprovistos de humor o patetismo – dos de los elementos que son parte intrínseca y a veces simultánea de sus guiones – es que son más relajados, menos estilizados... y extrañamente, más fieles a los gustos de su autor.



Al menos ese es el caso de Medianoche en París, su filme #41, filmado en su totalidad en la ciudad luz (lugar que ya había visitado en su flirteo musical con el viejo continente, Todos dicen “Te Amo”). Gil (el güero Owen Wilson, en el rol alter-ego de Allen) es un guionista Hollywoodense que visita Francia con su prometida, la hígada rubia californiana Inez (Rachel MacAdams)y los vulgares padres de ella, muy nouveau-riche y gringo curios. Estando ahí, Gil decide que tal vez París sea lo que necesita para completar una novela y apartarse por fin de la culpa que le causa su celebridad.



Así es como, por accidente, encuentra una entrada a un Paris paralelo, el de los dorados 30, con Cole Porter, Ernest Hemingway, los fabulosos Fitzgerald (Francis Scott y la formidable Zelda), Gertrude Stein y Alice B. Toklas, Pablo Picasso, Salvador Dalí (con todo y Gala), el torero Juan Belmonte, Henri Matisse y un largo etcétera de referencias culturales (algunas de corte culterano lite) que lo acogen en su seno como uno más. Así conoce a la sensual y atribulada Adriana (la exquisita Marion Cotillard en atuendo de época) que le ofrece una tentación para renunciar a su propio tiempo, mientras que un pedante académico (Michael Sheen) hace todo lo que esté a su alcance para comerle el mandado con su novia.

Con Ernest Hemingway y el torero Belmonte.




Con Scott y Zelda Fitzgerald.



Gertrude Stein (actuada por Kathy Bates)



Allen plantea sus enredos y enroques con elegancia y buen tino. La película es accesible y en cierta forma, podría verse como una especie de compañera de La Rosa Púrpura del Cairo, en el sentido de jugar con distintos niveles de realidad, sin perder autenticidad en ninguno.



Comedia romántica de buena factura, aprovecha al máximo las locaciones y elementos parisinos (las primeras tomas hacen eco de Manhattan: 60 shots de distintos rostros de la ciudad) y hace sabrosa sátira de los problemas de los ricachones – en esto también desde mediados de los 70 los filmes de Allen han cambiado: ahora son de “clase alta” dejando atrás la bohemia de , digamos, Annie Hall – y su estilo de vida. Como vaso comunicante de Allen, Wilson opera bien, no cae en los gracejos que acostumbra en otro tipo de cintas y tiene notable química con la Cotillard, que efectivamente parece una gamine de la época, mientras que Kathy Bates se roba sus escenas como la erudita, masculina y extrañamente maternal Gertrude Stein, ama y señora de la onda de aquellos años.

Gil y Adriana



Marion Cotillard como Adriana



Gracias a su elenco y su ligereza, la cinta ha sido un éxito de taquilla a nivel mundial (el mayor de Allen desde Hannah y sus hermanas en 1986) y será porque “no parece una película de Woody Allen”, como me dijo una espectadora poco afecta a su cine [aunque tiene mucho qué ver con las obsesiones de Allen como creador y espectador: véanse los homenajes a La Gran Ilusión y Les Enfants du Paradis] , que resulta accesible a nuevas audiencias, que de este modo tal vez se interesen en descubrir la siempre rica e interesante obra de su autor.

Medianoche en París/Midnight in Paris
Con Owen Wilson, Marion Cotillard, Michael Sheen, Rachel MacAdams, Clèmece Poesy y Kathy Bates
Estados Unidos/Reino Unido/Francia/España 2011

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Medianoche en París con Owen Wilson y Marion Cotillard

Las dos estrellas internacionales protagonizan el más nuevo filme de Woody Allen.

Miguel Cane



Tanto Owen Wilson (Austin, Texas, 1969) como Marion Cotillard (Paris, 1976) son figuras muy conocidas en el nuevo Hollywood; atractivos, carismáticos, no tan glamorosos como las estrellas de otro tiempo – de hecho, son infinitamente más accesibles ahora de lo que otros actores y actrices lo fueron en los años 'dorados' de la Meca del Cine, es decir los 30, 40 y 50 – pero aún así, mantienen un aura de cierta magia asociada con dedicarse al cine. Naturalmente, esto funciona muy bien en el cuadragésimo primer filme de Woody Allen, Medianoche en París, en el que ambos son protagonistas – junto con un enorme reparto – de una caprichosa fantasía Alleniana, que incluye alusiones literarias y culturales, así como espectaculares locaciones en la ciudad luz.




En el filme, que fue la cinta inaugural de la pasada edición del Festival Internacional de Cine de Cannes, Wilson – que además es guionista y actor fetiche en las formidables cintas de su amigo de la adolescencia, Wes Anderson – interpreta a Gil, un guionista de Hollywood del siglo XXI al que le deprime el éxito fatuo que tiene y sueña con el prestigio literario de sus ídolos, mientras que Cotillard (ganadora de un Oscar por su magnífica interpretación como Edith Piaf en 2007) es Adriana, un personaje que encapsula toda la alegría de vivir que era habitual en el París de los años 30, y representa lo que inspiraba a grandes artistas como Pablo Picasso y Ernest Hemingway: en suma, la musa perfecta. Juntos, los dos personajes viven una serie de aventuras y desventuras rodeados de personajes históricos, alusiones culturales y el humor socarrón de Allen, que ya es tradición de la casa.




Para la entrevista, aparecen juntos, después del Photo Call con la prensa: Wilson es rubio, jovial, desenfadado. Cotillard es su contraparte ideal, más sosegada en sus respuestas – no desprovistas de un humor particular –, elegante en su atuendo y modales, y muy hermosa; se ven tan bien juntos como en la pantalla y en parte es esta química aparente entre ellos uno de los elementos que mejor funcionan en la pelicula, que es un capricho fantástico de Allen en la misma vena de la memorable La Rosa Púrpura del Cairo, y en cierta medida, la menos afortunada Scoop, de hace unos años. Al respecto ambos parecen estar de acuerdo, como señala la actriz “Si no hubiera química entre Owen y yo... la película no podría ser. Creo que eso es un crédito para Woody, de hecho. Todo el casting es perfecto. Es decir, todas las piezas encajan; Owen hace pareja con Rachel MacAdams [que interpreta a su novia materialista y superficial en el “tiempo real”] y conmigo. Woody tiene muchos años dedicándose a esto y nos asignó cada rol, porque ya tenía una idea clara en su cabeza. Creo que funciona de maravilla hacer las cosas así.”



- La cinta trata acerca del escapismo, en cierto modo, y en cómo nuestras fantasías pueden en cierto modo alimentar nuestra realidad. ¿Cómo interpretan ustedes ese aspecto de la película?
OW:
“Creo que en cierta forma todo lo relacionado con el cine, no sólo como espectador sino como alguien que hace cine, tiene que ver con eso. Todo proceso creativo es en parte escapista, ¿no? Es decir, '¿qué haría yo si pudiera hacer tal o cual cosa?', en este caso, es ir al Paris bohemio y conocer a los grandes artistas y exiliados... es una fantasía y todos las tenemos. Creo que es el corazón de la película y también donde reside su espíritu.”
MAC: “Los actores trabajamos en un mundo que es ilusorio siempre. Es decir, hacemos eso casi todo el tiempo. Creo que es lo mejor de este trabajo, poder ser quien tú quieras, ser otra persona. Creo que esa parte lúdica del trabajo la aprovecha Woody muy bien cuando escribe guiones como éste. Me encanta ser un personaje de fantasía.”

-¿Ustedes tienen alguna época a la que les gustaría escapar? ¿Algún lugar, o personaje que les habría gustado conocer?
MAC: “¡No lo sé! Es lo que decía. Cuando te dedicas a esto puedes “conocer” otras épocas. El antiguo Egipto, el Londres de los 60... el futuro lejano. ¡Incluso realidades alternas o paisajes oníricos! (alude a El Origen, filme de Christopher Nolan, en el que su personaje vivía en los sueños de otros)... creo que he conocido todos los periodos que me interesan, pero nunca sabes qué pueda traerte tu próximo proyecto.”
OW: “¡A mí me gusta el salvaje oeste! Siempre estuve obsesionado con él. Hace años, tuve la suerte de hacer un par de comedias ambientadas en esa época y me encantaría hacer un buen Western... algo como la nueva versión de True Grit. Quiero ser un hombre del oeste, un cowboy. ¿Por qué no?”


Marion Cotillard Woody Allen directs Marion Cotillard, Alison Pill and Owen Wilson on the set of 'Midnight in Paris' at Maxim's.



-¿Cómo es el trabajo en un set de Woody Allen? Siempre es una idea que intriga...
OW:
“Es muy profesional, pero no te intimida, ¿sabes lo que te quiero decir? Eso es lo que hacen los verdaderos genios. Llega con el guión, lo habla contigo, te sugiere cómo podrías hacerlo. Luego se filma la toma y rara vez hay que repetirlo. Pero te das cuenta de que con esa “sugerencia” tan inocua que te hizo, te está dando todas las instrucciones que necesita. Es formidable.”
MAC: “Pero claro, es que él es un actor también. Él sabe que tú entiendes lo que necesitas aportar a un personaje y es muy persuasivo, pero te da libertad. Te dice “¿por qué no hacemos esto? O ¿por qué no hacerlo de este otro modo?” y lo haces sin problema. Lo único que te pide es que respetes el guión y las acotaciones que vienen en él, los diálogos como son. Él sabe la mecánica y el ritmo que esos diálogos le imprimen a cada escena. Entonces no hay que improvisar...”
OW: “¡Aunque sí te deja improvisar algunas cosas! Movimientos, gestos, reacciones...”
MAC: “Sí, sí, claro, eso sí. Pero lo único que te pide es que digas tus líneas tal y como las escribió. Francamente me parece que es una instrucción muy simple, a cambio de todas las cosas que aprendes trabajando con él. Hay otros directores que te dejan improvisar, o que inclusive, te invitan a que participes tú en la creación de la escena o del diálogo. Con Woody es diferente. Él te ofrece el papel ya escrito y te permite aportarle características, pero ya está escrito y tiene una función muy específica.”

- Como el personaje de Owen, que es el alter-ego de Allen, que aparece en casi todas sus cintas aunque no lo interprete él, ¿cierto?
OW:
“Exacto. Cuando me ofreció el papel de Gil, supe qué características tenía y qué cosas esperaba él que yo hiciera. Fue un trabajo estupendo, un rodaje rápido, preciso, muy divertido. Ojalá todos fueran así. Yo trabajaría con Woody Allen toda la vida.”

-¿Qué les gustó más de ver la cinta ya completa en Cannes?
MAC:
“Lo hermosa que es. Es algo muy delicado y bello. Cuando inicia, con todas esas tomas de París... la película es, como yo la entiendo, una carta de amor de Woody no solo a sus ídolos literarios, culturales. Es una declaración de su amor por París. Creo que es un homenaje precioso a la ciudad.”
OW: “Es una historia fantástica, entrañable, muy romántica, con un mensaje muy esperanzador. Me siento, creo que todos nos sentimos muy orgullosos, de haberla hecho, tal y como él quiso que fuera.”


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Capitán America, de Joe Johnstone

Written By sitemp3 on Jumat, 22 Juli 2011 | 21.01

Aquí llega el Héroe

Miguel Cane




Esperada por mucho tiempo, anticipada como un gran estreno del verano, la nueva versión de la historia del Capitán América es una cinta de superhéroes a la vieja usanza, que destila clasicismo por los cuatro costados y que refleja perfectamente la época en la que se desarrolla la historia, con un estilo retro en la fotografía que le queda muy bien al periodo en que se desarrolló. Es un lujo que esté ambientada en los años 40 (década en la que se creó el personaje de la mano de Joe Simon y Jack Kirby) y le da un punto extra de credibilidad a la historia haciendo comprensible el tono patriótico, dentro de un contexto como es el de la Segunda Guerra Mundial, que está ahí pero del que tampoco se abusa. Hay un glamour muy logrado en la atmósfera e incluso el personaje de Peggy Carter (Hayley Atwell) parece una belleza de la era.




La construcción y evolución del personaje de Steve Rogers, interpretado con gusto y un aire de vieja escuela por Chris Evans es otro punto destacable del filme, junto con el guión, por lo coherente que resulta en todo momento en relación a la fuente. Con su interpretación, Evans consigue mostrar de forma convincente a la persona que está detrás del héroe, transmitiéndole a su vez al espectador un gran mensaje que refleja los valores que le hacen actuar: no rendirse jamás, sacrificar aquello que le importa en pos del bien común y no amilanarse por muy fuerte que sea el golpe.




El resto de actores deslumbra: Hugo Weaving interpreta a Cráneo Rojo, es el aliado perfecto de Hitler, malvado, ambicioso y sin escrúpulos y que, ayudado por el magnífico maquillaje, se convierte en un auténtico monstruo. Tommy Lee Jones, carga con el papel de duro a la par que entrañable militar, muy a su estilo. Por supuesto, se roba todas sus escenas el enorme Stanley Tucci.



En el lado de los actores más jóvenes, encontramos a la ya mencionada Hayley Atwell, la aliada de Rogers y su interés romántico, quienes tienen juntos uno de los momentos más emotivos de la cinta; y a su mejor amigo, Bucky, interpretado por Sebastian Stan, que es el otro gran héroe de la historia y que es un personaje icónico en los comics.

Los efectos especiales para las explosiones y batallas están bien integrados en la trama, dejando respirar entre unas y otras, y sin embargo, si algo se echa en falta en esta película, es precisamente alguna escena de acción un poco más sostenida, ya que parece que cuando se llega al enfrentamiento final, queda una sensación de anticlímax, debido a la inevitable salida hacia la cinta de Joss Whedon del año próximo (Los Vengadores). El director Joe Johnston se ha tomado su trabajo en serio y le ha salido muy bien, dándole esperanza a este género, y demostrando que en la adaptación de su producto al cine, este verano la Marvel llevó la delantera.




Capitán America
Con Chris Evans, Hugo Weaving, Tommy Lee Jones, Stanley Tucci, Hayley Atwell, Neal McDonough y Toby Jones.
Dirige Joe Johnston.
EEUU 2011

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America's Next Top Model Winner Krista White

Written By sitemp3 on Kamis, 21 Juli 2011 | 00.07

 ANTM Winner Krista White

ANTM Winner Krista White

Krista White
Krista White

Camino a la libertad / The Way Back, de Peter Weir

Written By sitemp3 on Selasa, 19 Juli 2011 | 14.04

Valor a toda prueba

Miguel Cane




Peter Weir es un gran director. Lo mismo con filmes de apacible belleza e inquietante secreto como Picninc en Hanging Rock, elegantes y perturabadores como The Truman Show o en producciones millonarias como Master and Commander (2003), relata el espectacular viaje a pie de seis hombres y una chica desde Siberia a la India, con aires épicos y poco melodrama, resultando esto en Camino a la libertad, un filme rico en paisajes y dificultades, con un muy buen elenco.



Jim Sturgess, Colin Farrell, Ed Harris y la joven Saoirse Ronan aportan sus nombres y rostros, aunque el filme no requiere de especial talento interpretativo ya que el verdadero protagonista de la película es el viaje en sí: Siete prisioneros en un Gulag ruso en Siberia logran escapar en 1941; para intentar no ser capturados, únicamente pueden dirigirse hacia el sur, iniciando un camino que los lleva a cruzar Rusia, Mongolia, China y Nepal hasta llegar finalmente a la India, todo a pie. No todos ellos lograrán sobrevivir.



La cinta está basada en el libro de Slawomir Rawicz La larga marcha, que relata su éxodo hacia la libertad, aunque en 2006 la BBC descubrió que su autor fue puesto en libertad por las autoridades rusas en 1942 y que nunca pisó Mongolia, el desierto de Gobi o las nieves del Himalaya y que su historia se basaba en la vida otro soldado polaco encarcelado, Witold Glinski. Pero no hay que olvidar que la verdad nunca afecta lo que es una buena historia. Tal vez fue este hecho el que acabó de convencer a Weir de dirigir el proyecto, quien inicialmente rechazó la dirección por estar basada la película en, teóricamente, hechos reales.



El retorno al cine de Weir tras ocho años, demuestra que su habilidad para la aventura, la épica y la narrativa sigue intacta. Weir huye de los horrores de la época, de los juicios morales, del peso de la Historia para contarla épica aventura de un grupo de personas a lo largo de un continente, con gran cantidad de peligros cuyo escenario histórico y carga dramática de sus personajes son más una excusa narrativa que los verdaderos protagonistas del guión. Co-producida por National Geographic, la cinta muestra espléndidos paisajes naturales que su director aprovecha al máximo, especialmente en la primera mitad, cuando la película es tan atractiva como sus locaciones.



El reparto está encabezado por el afable británico Jim Sturgess y lo forman también Ed Harris, Colin Farrell, la formidable adolescente Saoirse Ronan y Mark Strong. Todos ellos cumplen con unos roles acordes al tono de esta historia. Harris destaca como es habitual, interpretando a un hermético estadounidense de nombre Mr. Smith. Colin Farrell, como un cínico criminal ruso, aporta la nota humorística y eso da muestra del enorme actor que realmente es.



Al final, Camino a la libertad cumple lo que ofrece el texto que aparece en el primer minuto en pantalla, con tres personas que llegan a India tras un viaje de once meses y más de cuatro mil kilómetros a pie y habiendo hecho protagonista al viaje en sí, más que a las personas que lo emprendieron y los hechos que les llevaron a hacerlo. Emotiva, cáustica, entretenida y con elementos de excelencia, la cinta es una alternativa a la habitual marea de superestrenos en la temporada y ofrece a los espectadores – principalmente gustará a un público más maduro – una obra sensible y lograda de uno de los grandes cineastas de su tiempo, que nunca ha temido escaparse de los formulismos convencionales de lo comercial. Especialmente recomendada para viajeros.

Camino a la libertad/The Way Back.
Con: Jim Sturgess, Colin Farrell, Ed Harris, Saoirse Ronan, Mark Strong, Dragoş Bucur y Gustaf Skarsgård
Dirige: Peter Weir
Australia/Estados Unidos/Reino Unido.

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Superhéroes de celuloide

Con el estreno de Capitán América se prueba que las cintas de superhéroes son el gran evento de la década y han establecido un género propio, ¡y muy exitoso!

Miguel Cane

Es verano, y esto significa que es la temporada de los llamados event movies: los grandes espectáculos diseñados por los principales estudios para atraer al público a las salas. Como es natural, las cintas de verano son escapistas, llamativas, plenas de efectos, y desde hace poco más de una década, cada vez más hay películas de superhéroes.

Esta semana se estrena Capitán América (entretenida, muy lograda, con una buena actuación de Chris Evans – después de su paso por las dos terribles películas basadas en Los Cuatro Fantásticos – y un guión directamente conectado a The Avengers, la superproducción que presentará en la gran pantalla a las figuras más destacadas del universo Marvel, a estrenarse en 2012). Y en los próximos años tendremos las cintas nuevas entregas de filmes inspirados en Wolverine, Batman, Spider-Man y Superman, entre otras que se están planeando para 2012 y 2013.




Pero si hacemos una retrospectiva a la historia que reúne el cine con el superhéroe, veremos que estos personajes tienen una relación difícil, con resultados muy desparejos, con el séptimo arte. Aquí, como muestra de lo bueno, lo malo y lo mediocre (que es peor) ponemos a su consideración, una lista de una docena de filmes que son, al juicio de quien escribe, las mejores y peores adaptaciones de superhéroes al cine.

Las cinco mejores películas de superhéroes
Superman
(Richard Donner, 1978)
No solo es la primera, sino que realmente es la mejor: todavía hoy, tiene esa sensación de maravilla y de inocencia, que no se ha podido repetir. Christopher Reeve se convirtió en una figura icónica, si bien nunca pudo sacudirse el papel del todo, mientras que Margot Kidder, como Luisa Lane, rompía el esquema comiquero de la mujer en peligro, para demostrar que podía ser de armas tomar. Gene Hackman se divierte como loco interpretando al villanazo Lex Luthor y hasta Marlon Brando tiene una aparición especial. Los efectos especiales (todos realizados sin ayuda de computadoras, cosa que hoy parece imposible) siguen funcionando y aunque se le notan un poco los años, es una gran película, que dio origen a lo que hoy es un lucrativo género.





Los Increíbles
(Brad Bird, 2004)
Esta espléndida creación de los estudios Pixar es exactamente la clase de cinta que Watchmen debió ser y no fue ni de lejos: un amoroso homenaje a la llamada “edad de plata” (comprendida entre los años 50 y 60) del cómic, es un espectáculo entretenido para los niños que alterna una trama sofisticada para los adultos. Los personajes centrales cumplen su cometido y la cinta deslumbra, no solo por su avance técnico sino por su sensibilidad que no está de ningún modo con su ritmo trepidante y su guión inteligente, donde hasta los personajes menores (como la diseñadora Edna Modas, mezcla de la legendaria Edith Head y Yoko Ono) resultan redondos y memorables.





Batman: The Dark Knight
(Christopher Nolan, 2008)
Después que Tim Burton lanzara al personaje creado por Bob Kane a la fama en 1989, con un filme completamente moderno en el que Jack Nicholson (as usual) era un espectacular Guasón que le comía el mandado al acartonadón Michael Keaton y que lo llevara en una dirección más siniestra con Batman Regresa, con Michelle Pfeiffer como una inquietante Catwoman, la franquicia del hombre-murciélago cayó en desgracia (más adelante le diremos por qué) hasta que el director de Memento la resucitó en 2005 con la interesante Batman Begins, una cinta enfocada en el origen del personaje y de los terribles traumas psicológicos de Bruce Wayne. En Christian Bale, el director encontró al actor que buscaba, pero fue definitivamente la segunda parte, donde Heath Ledger encarnó a un Guasón hiperlumpen y psicótico (que a la larga le vino a afectar tanto la salud mental, que le pasó muy alta la factura), la que vino a demostrar los tamaños de esta nueva saga, que tendrá su entrega culminante el año próximo.





Spiderman 2
(Sam Raimi, 2004)
Algunos la llamaron El Imperio Contraataca de las cintas de superhéroes: lo cierto es que Raimi muestra una madurez narrativa notable mejorando los planteamientos hechos desde la primera cinta, que estuvo planéandose por años; Tobey Maguire y Kirsten Dunst crecen en sus personajes de Peter y Mary Jane y Alfred Molina hace una creación del abominable Doctor Otto Octavius (o bien, el “Doctor Pulpo”). La película ganó un Oscar por mejores efectos visuales, y se convirtió en la favorita de la crítica. ¡Lástima que esa cohesión y dinámica, no pudieron durar y que para la siguiente entrega de la saga, en 2006, a Raimi se le fueran el sentido del ritmo y la agilidad mental!





X-Men
(Bryan Singer, 2000)
Fiel a los míticos mutantes creados por Stan Lee, esta es la cinta responsable por el triunfo del género en la década (después que Schumacher casi se lo echó al plato) y su espectacular éxito en taquilla le valió a la Marvel convertirse en líder de mercado. El galán australiano Hugh Jackman pasó, gracias a su interpretación como Wolverine, de no ser nadie a convertirse en una superestrella de la noche a la mañana y la carrera de Ian McKellen se revitalizó enormemente (de aquí salió a hacer Lord of the Rings). Con otras dos cintas que completan una trilogia y dos spin-offs, ésta podría ser la saga más exitosa en su clase, solo desbancada por Harry Potter y Star Wars.



Las cinco peores películas de superhéroes

Batman y Robin
(Joel Schumacher, 1997)
George Clooney todavía se muere de vergüenza sólo de acordarse de que en su currículum como actor aparece este bodrio, en el que comparte humillación con Schwarzenegger, Uma Thurman y ese actor güerito con cara de niño bueno, como se llame, cuya última aparición relevante fue como segundón en Anatomía de Grey. Mal escrita, con un diseño de producción realmente atroz (increíble que fuera de Brigitte Broch), un camp desaforado y alusiones amaneradas de dudoso gusto, la película fue un abrumador fracaso de crítica y taquilla y el verla, incluso provoca malestar físico. Lo que sí, es que tuvo su lado bueno: por algunos años ostentó el record a la cinta que más premios Razzie a lo peor del cine había obtenido de un solo golpe.





Daredevil
(Mark Steven Johnson, 2003)
Después de haber ganado un Oscar por Mente indomable y antes de aprender a ser un buen director de cine, Ben Affleck anduvo dando tumbos por ahí, haciendo cosas que luego lamentaría, como andar con Jennifer Lopez y hacer este horrendo churrazo que avergonzaría al más pintado. Floja, mal actuada, aburrida, y pretenciosa, la película se viene abajo a los quince minutos y no se recupera. Aunque a Affleck no le fue tan mal; en el set conoció a su hoy esposa y madre de sus hijas, la adorable Jennifer Garner, que hacía de la asesina a sueldo con nombre de tienda de electrodomésticos.





Catwoman
(Pitof, 2004)
Halle Berry ganó un Oscar y su buen juicio salió volando por la ventana. Esta cosa horrenda ni siquiera justifica el gasto en celuloide. Evítela como la peste bubónica.





Watchmen
(Zack Snyder, 2009)
Fuera de su hermosísima secuencia de créditos iniciales, esta película se pasma y el peso inmenso de la novela gráfica de Alan Moore (que de ningún modo permite que su nombre se asocie al filme) le cae encima. En un afán de hacer una versión “fiel” de la historia, se pierde toda vida y es como observar un diorama carente de emoción. Además de que Malin Akerman es una mala actriz y se nota muchísimo: su total falta de experiencia y carisma sabotea la película y nunca se recupera del todo. Muchas veces la fidelidad no es lo que hace grande a un filme, sino su espíritu y esta película está vacía.





Linterna Verde
(Martin Campbell, 2011)
Después de más de cincuenta años, por fin Hal Jordan llega a la pantalla... y llega prácticamente en estado de coma. Ryan Reynolds, pese a ser un actor competente, no da el ancho y el gran héroe del cómic no consigue dar el salto a la pantalla. La película es larga y vistosa, pero inane y tediosa y esa es la peor combinación que puede tener una película de este género; el estrepitoso fracaso de taquilla que tuvo en Estados Unidos (lo que se ha traducido en que su estreno se haya retrasado cada vez más) deja claro que pese al trabajo y dinero (¡200 millones de dólares!) invertidos, no habrá secuelas de este desperdicio.










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Affaire DSK / Banon : Et maintenant, la mère !

dsk banon

Coup de tonnerre dans l'affaire DSK /Banon : DSK a eu une relation consentie mais brutale avec la mère de Tristane Banon, Anne Mansouret ! C'est le site de l'Express qui publie l'info suite aux révélations faites par Anne Mansouret à la police...
Cette affaire DSK / Tristane Banon n'a pas fini de nous étonner, chaque jour, une info encore plus folle nous parvient ! Jusqu'où va-t-on aller ?

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Harry Potter y las reliquias de la muerte 2 (y final), de David Yates

Written By sitemp3 on Selasa, 12 Juli 2011 | 15.19

Este cuento se acabó.

Miguel Cane



No hay fecha que no se cumpla ni plazo que no se venza. Llegó el final de la saga de Harry Potter en cine. Y probablemente la única sensación de la que podría hablarse al salir de la sala, es alivio. Acaso, indiferencia, sí, pero principalmente alivio; equivalente al que se siente al llegar al final de un curso escolar que se sentía particularmente largo, o una jornada laboral especialmente tediosa.



¿Es mala la película de Harry, quiere usted saber? Pues no. La verdad es que no entra en ninguna de las tres categorías habituales del cine: Bueno (como El otro lado del corazón); Malo (como la cosa esa de los robots transformables) o Mediocre (como cualquier cosa con Adam Sandler) – tampoco es excepcional. Es solo exactamente lo que usted esperaría de la última pelicula de Harry: grandes efectos, momentos de melodrama exacerbado con repunte de orquesta, vertiginosos giros de cámara (que usted, si ha seguido fervorosamente la saga, ya vio en otras entregas), confrontaciones climáticas largas como embotellamiento de tráfico, revelaciones innecesarias a estas alturas del poema, y escenas que se alargan y se alargan solo para llenar un metraje de event movie.




Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte II: Todo termina aquí (Hasta el titulo comercial en español es largo y pretencioso) es un parche en la saga; el final “final” -- como dijera Raúl Astor --, que evidentemente no huele a tal cosa ni de lejos: finalmente, ustedes saben que ésto es un negocio y la señora Rowling nunca desmantelaría su maquinita de hacer dinero. Uno espera sinceramente que a grandes actores como la inmensa Maggie Smith y Alan Rickman, los haya compensado de alguna manera el haber borrado sus ilustres carreras de un plumazo, para pasar a la posteridad como miembros visibles de esta franquicia (es lo que es: un negocio, no es arte, señores). Igualmente, uno espera que Daniel Radcliffe pueda tener una carrera después de esto (es entusiasta, seguro lo logrará) aunque es obvio que Emma Watson y Rupert Grint lo tendrán más difícil, si bien sus personajes de Hermione y Ron no son tan emblemáticos.




¿Qué espera el espectador de la última de Harry? Seguramente lo que estará en la pantalla, exactamente tal y como se ve. Si ya leyó el libro (cuando se publicó, hace cuatro años) sabe quién vive, quién muere y qué sucederá a futuro con Harry y su “palomilla”: quién revela su heroísmo, quien su flaqueza, con quien va a parar Harry (obviamente, la identidad como tal cosa de Ginny Weasley, interpretada por Bonnie Wright, se reveló desde La Orden del Fénix), y la próxima generación de maguitos de Hogwarts. Si no leyó el libro, de todos modos, sabe que todo saldrá bien, no habrá sorpresas.




Mientras, un quién es quién de lo más granado de las tablas inglesas desfila por la cinta con actuaciones impecables, aunque sean de cajón: la formidable Emma Thompson; Julie Walters, Ciarán Hinds, Gary Oldman, Helena Bonham-Carter, Ralph Fiennes y el gran Jim Broadbent. Es un placer verlos, aunque al público que ve estas cintas les de igual quienes sean o qué han hecho antes (o harán después) de esto. Todo lo que importa es Harry, Harry, Harry. Y eso es lo que hay.

¿Habrá algo después de esto? Evidentemente, será un taquillazo monumental y el dinero siempre tiene la última palabra, así que cuente con que no es la despedida definitiva. Si Warner Bros. le llega al precio a la codiciosa señora Rowling, habrá nuevas tramas. En fin, si usted pertenece a la clase de gente a la que le gusta esto, esta es la clase de cosa que seguro le gustará.





Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte II: Todo termina aquí
(Harry Potter and the Deathly Hallows – Part 2)
Con Daniel Radcliffe, Emma Watson, Ralph Fiennes, Maggie Smith, Jim Broadbent, Rupert Grint, Alan Rickman y Emma Thompson.
Dirige: David Yates
Estados Unidos/Reino Unido 2011.




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