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La Talentosa Señorita Noomi Rapace

Written By sitemp3 on Jumat, 23 Juli 2010 | 13.41

Al obtener el rol de Lisbeth Salander, la heroína de la exitosa saga Millenium, creada por Stieg Larsson, Noomi Rapace se ha convertido de la noche a la mañana, en una superestrella internacional.

Miguel Cane


The Girl With The Dragon Tattoo Photocall - 2009 Cannes Film Festival


Desde que aparece por primera vez en pantalla, resulta una presencia inquietante: ¿Quién se esconde tras la turbia mirada y los múltiples piercings y tatuajes de Lisbeth Salander, la heroína de la trilogía fílmica de mayor éxito taquillero en Europa? Se trata de Noomi Rapace, nacida en 1979, hija de una actriz sueca y un músico y cantaor español de Badajoz, que pese a tener una larga carrera en los escenarios y la televisión, era prácticamente desconocida fuera de Suecia. Sin embargo, ha impactado con su interpretación en Los hombres que no amaban a las mujeres, adaptación al cine de la primera entrega de Millennium, la famosa saga del fallecido escritor sueco Stieg Larsson. Noomi, alta y simpática, habla español con un fuerte acento sueco, pero con soltura. Y en realidad poco o nada tiene qué ver con el personaje que encarna.


Noomi Rapace Actress Noomi Rapace attends 'The Girl With The Dragon Tattoo' photocall held at the Palais Des Festivals during the 62nd International Cannes Film Festival on May 17, 2009 in Cannes, France.  (Photo by Kristian Dowling/Getty Images) *** Local Caption *** Noomi Rapace


¿Cómo llevas la repentina llegada de la fama internacional?
No me gusta mostrarme mucho. Para mí actuar es dejarme llevar, perder el control. No me preocupa pensar en cómo sueno ni cómo aparezco en las fotos. Es una contradicción, lo sé, pero es lo que me ocurre. Me gusta estar a la sombra cuando me alejo de mis personajes. Yo no quiero ser famosa. Lo cierto es que prefiero que no se sepa nada de mí. Tú me entiendes.
Stieg Larsson se ha convertido gracias a la aparición de los libros en una figura casi mítica

¿Qué aporta la serie de películas a la leyenda de esta saga?
Creo que no añade nada, realmente. Muchas de las cosas que hace Lisbeth no son dramáticas para el cine: buscar información por computadora, sus conflictos internos... todo eso funciona en papel, pero en el cine el resultado es más rápido y dramático. Creo que más bien no era cuestión de aportar, sino de ser muy fieles al libro, y lo hemos logrado. Pero creo que esto, al final, hace que sea parte del fenómeno, no le quita nada ni le aporta nada. Me gusta porque son adaptaciones muy fieles y en el cine eso no sucede con mucha frecuencia.




¿Cómo es la Lisbeth de la novela comparada con la que vemos en pantalla?
Mi personaje es más creíble que en el libro. Muchas de las cosas que Lisbeth hace en el libro no son reales, es una supermujer... A veces es demasiado inteligente, muy rápida, corre más que nadie, lucha... En la película es más humana, más frágil. Yo me la creí del todo, fue muy difícil poder acercarse a ella, me exigió mucho físicamente, tuve que adelgazar mucho, hacer cuatro días a la semana kick boxing (siempre he practicado judo y kung fu) y aprender a conducir a alta velocidad. Mi pelo, que me encantaba, lo tuve que cortar y teñir... ¡eso fue difícil! (se rie). Pero también había que trabajar por dentro, yo tenía que mostrar su vulnerabilidad. La parte más importante del personaje es toda la entretela psicológica. Dejé de hablar con la gente, no leía los periódicos ni veía televisión. Me encerré. En un cuarto a oscuras con Lisbeth. Las dos solas. Teníamos que conocernos.

Este es un papel muy codiciado... ¿Cómo resultaste elegida?
El director estuvo mucho tiempo buscando una actriz. Vio a un montón de actrices suecas, pero era complicado encontrar a alguien que reuniera las características físicas y emocionales de Lisbeth, o que fuera lo suficientemente persuasiva. Él no me había visto en ninguna película o programa de televisión, pero cuando me conoció, dijo que era demasiado guapa para el papel, que esperaba que no me ofendiera. No me ofendí. Estuvimos charlando un rato y entonces me dijo que en mí había algo oscuro, un interior explosivo y confuso, que le gustaba. Habló de mi mirada: dijo que ocultaba cosas, y que sabía cosas de mi personaje que él no había llegado a descubrir. Después, me fui a casa y antes de dos días, llamaron para decirme que, si lo quería, el papel era mío. Me sentí feliz, pero también muy asustada. Intimidada.

¿Por qué?
Porque Lisbeth Salander es uno de esos personajes como Indiana Jones o Batman, o la astronauta Ripley. Son muy fácilmente reconocibles y emblemáticos. Es muy difícil separarte de un personaje así, sobre todo cuando haces una serie con él. Por eso mismo es que he trazado una línea muy clara que diferencíe a Noomi Rapace de Lisbeth. Yo no tengo nada qué ver con ella. Y así fue como me acerqué al personaje, con cuidado de que no hubiera nada de mí en ella, para poder ser yo cuando dejara el set.

¿Cómo definirías la compleja sexualidad de Lisbeth?
Creo que ella es una persona sexual, simplemente. No juzga a la gente por su sexo, simplemente se acuesta con ellos sean hombres o mujeres. Va a su aire, no entiende de pecados sexuales siempre que los dos estén de acuerdo. Lo que me sorprendió fue la timidez del director al respecto. No puedo creerme los besos inocentes de las películas. Es algo que no entiendo: yo traté de encontrar la forma de hacerlo lo más natural posible. Odio cuando ves, en una película, levantarse a alguien maquillado o como recién duchado después de hacer el amor. Así no es la cosa! Si dos personas han estado en la cama tienen que tener pinta de haber practicado el coito. Lo mismo después de una violación.


Tanto la película como la novela muestran una Suecia muy oscura: supremacistas blancos, violencia de género, violaciones, abusos de poder...
Sí, es como una cara secreta, ¿no? Es decir, los suecos parecemos muy controlados, educados y perfectos, pero tenemos sombras y secretos. Hay un montón de violaciones en Suecia. Hay muchas chicas de las que han abusado. Es un gran país, en muchos sentidos, pero también ocurren esas cosas. Creo que es una película muy realista. No todo es tan fuerte como muestra el libro, pero el problema existe; la solución está en todos y es mezcla de varias cosas. La primera, dejar claro que nunca debe pegarse a nadie. Eso es algo que ya sucede: de puertas para fuera, en Suecia la gente es muy intolerante con los que, por ejemplo, pegan a los niños en público. Pero luego se pega a las mujeres de puertas para adentro, pero muchas mujeres no lo dicen en voz alta. Tampoco hay que pensar que todo es culpa de algunos locos, sino de todos. Hay que inculcar la igualdad desde la niñez. Muchos jóvenes no tienen muy clara cuál es la posición actual de las mujeres: las chicas, a veces, son más listas, trabajan mejor, tienen mejores respuestas, y eso les desubica. Se sienten débiles ante las mujeres y quieren devolverlo a través del sexo y la violencia. Tampoco ayuda el porno, ver escenas de sexo grupal en la que varios fulanos se acuestan con una chica... Es algo que distorsiona el concepto de sexo.


¿Es justificable la violencia del personaje de Lisbeth?
No. De ninguna manera. Para nada. No es bueno tomarte la justicia con tu mano. Es igual de malo maltratar a una mujer que a un hombre. No es momento de venganzas, sino de encontrar nuestro propio lugar. Creo que se solucionaría con un buen trabajo en colegios y guarderías, pero si por la crisis se deja de invertir en educación el problema irá a más.
Es igual de malo maltratar a una mujer que a un hombre


¿Sientes que este es un parteaguas de tu carrera?
No soy sentimental: soy una actriz, a mí lo que me gusta es interpretar a alguien y luego pasar a otra cosa. Ya pienso en mi próxima película, y lo único que quiero es terminar con ésta. Tampoco creo que la gente se vaya a acordar mucho de mí, porque les gusta olvidar pronto y cambiar de caras famosas. Recordarán al personaje de Lisbeth, pero espero que no de mí. Tampoco estoy especialmente orgullosa... Soy muy autocrítica. Lo he hecho bien, pero espero hacerlo mejor la próxima vez. Pero no soy Lisbeth Salander. Ya lo hice. Ahora quiero hacer otra cosa.



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Los hombres que no amaban a las mujeres / Millenium I: Män som hatar kvinnor, de Niels Arden Oplev.

Presentando a la señorita Salander

Miguel Cane



El fenómeno de la trilogía Millenium, de Stieg Larsson, ha traspasado fronteras mediáticas y los libros se han traducido a más de 30 idiomas y han vendido millones de ejemplares ahora dan el salto al cine. Así, con más de un año de retraso a diferencia de su estreno en Europa, llega Los hombres que no amaban a las mujeres que es la primera entrega de la trilogía, dirigida por el cineasta sueco Niels Arden Oplev; que se mantiene fiel a la trama del libro y nos revela un intenso thriller lleno de secretos violentos en el seno de una gran familia.

La joven Harriet Vanger desapareció hace muchos años de la mansión familiar en la isla sueca de Hedeby, propiedad prácticamente exclusiva de la poderosa familia Vanger. A pesar del despliegue policial, no se encontró rastro de la chica, aunque su tío Henrik la sigue recordando y recibe cada año una misteriosa flor que le impide olvidar a la chica. Es para aclarar este misterio, que contrata al periodista Mikael Blomkvist, especialista en reportajes de investigación y editor en jefe de la revista Millennium, para buscarla. Blomkvist ha caído en desgracia: perdió un juicio por presunta difamación y calumnia, por lo que está suspendido de sus funciones y requerirá de la ayuda de Lisbeth Salander, una joven investigadora privada totalmente anticonvencional y poseedora de insólitas cualidades, para realizar sus pesquisas. Con este punto de partida, comienza una intriga al más puro estilo de Agatha Christie, pero con unos niveles de tensión y adrenalina más del siglo XXI, que hacen que los 145 minutos que dura la película casi no se noten.


Millennium 1: Los hombres que no amaban a las mujeres








Técnicamente, el film resulta muy logrado, aunque emocionalmente algo distante (quizá por la manera de hacer cine de los países nórdicos, que escapa de la comercialidad hollywoodense, aunque no cunda el pánico, ya viene el obligatorio remake con Daniel Craig en el rol principal), pero sin duda, establece una atmósfera que, sin dudarlo, encaja a la perfección con el tono de la historia.

Los personajes, parte crucial en este entramado de suspense, resultan muy interesantes, especialmente ese enigma que es Lisbeth Salander, una de las creaciones literarias más llamativas de los últimos años y que en la interpretación de Noomi Rapace, se vuelve una creación muy auténtica, con una estética particular y un lenguaje corporal totalmente suyo, que la convierte con facilidad en el eje conductor de la cinta haciendo que el espectador la siga en su vertiginosa carrera para salvar al blandengue editor que descubre algo podrido en el árbol genealógico, y revela el secreto de la atribulada chica desaparecida.

La película es casi fiel a la trama del libro y hace un puente al final para hilvanarse con la segunda parte, que llegará a las pantallas hacia fines de año.





Los hombres que no amaban a las mujeres(Millenium I: Män som hatar kvinnor). Dirige: Niels Arden Oplev. Con: Michael Nyqvist, Noomi Rapace, Lena Endre, Julia Sporre, Sven-Bertil Taube, Marika Lagercrantz y Peter Haber. Suecia/Noruega/Dinamarca/Alemania, 2008.


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Brad Pitt et Angelina Jolie sont toujours aussi amoureux et glamour !

Written By sitemp3 on Kamis, 22 Juli 2010 | 23.00



Angelina Jolie et Brad Pitt étaient magnifiques lundi dernier à Los Angeles pour la première de «Salt», le nouveau film d'Angie.

C'est vraiment le plus beau couple d'Hollywood, non ?

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Wahiba Ribery : son relooking en Zahia !

Written By sitemp3 on Selasa, 20 Juli 2010 | 23.00

zahia
photo censurée à la demande de la société qui gère l'image de Zahia sur internet...

L'évolution de Wahiba Ribery est incroyable ! Peu à peu, elle finit par ressembler à Zahia Dehar, la péripatétipute officielle des Bleus !
Retrouvez toutes les infos sur Zahia ici

Image : Wahiba Ribery - Zahia Dehar

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Fuego / The Burning Plain, de Guillermo Arriaga

Ardiente Secreto

Miguel Cane

Después de una larga espera, y con expectativas muy, muy altas, se estrena en México la opera prima de Guillermo Arriaga, después de su muy notoria “ruptura” con Alejandro González Iñárritu. El resultado es The Burning Plain (o bien, La Planicie Ardiente, una variación del célebre título de Juan Rulfo, El Llano en Llamas), que en España tuvo el título de Lejos de la tierra quemada y aquí ostenta el muy poco original e insípido título comercial de Fuego (que no le hace ningún favor).



Se trata de lo que evidentemente se puede esperar de Arriaga, un autor fiel a sus obsesiones: una historia cruda, presentada de manera fragmentaria, apuntalada en un pasado angustioso que afecta directamente el presente de sus personajes, mismos que manifiestan dolor, enajenación, rencor… la paleta de emociones que ha manejado con destreza en otras ocasiones. La ausencia de Iñárritu, virtualmente no se nota; Arriaga, detrás de la lente, se mantiene fiel a su idea fija, las tramas interconectadas, los vuelcos y retruécanos del destino: aquí tenemos a Sylvia (Charlize Theron) la administradora de un elegante restaurante de Portland, Oregon, que oculta bajo un barniz cosmopolita y sofisticado, un secreto que la atormenta y del que desea huir mediante la promiscuidad sexual y la supereficiencia en su trabajo. Un día ante ella se presenta Carlos (José María Yazpik) y el reencuentro revelará la conexión pasada de Sylvia con una pareja de amantes (Kim Basinger y Joaquim de Almeida) y un acto imprudente con funestas consecuencias que se manifiestan inescapables para la mujer, que deberá encarar el horror de esta tragedia, para poder seguir viviendo, así como para sanar las heridas tanto suyas, como de un hombre en coma, que forma parte de ese mismo pasado suyo.




Esta es una estructura anteriormente probada con éxito por el dúo Arriaga-“Negro”, y se nota. Posiblemente ese sea el principal problema de un filme que está realizado con esmero. La falta de originalidad y de ritmo, acaba por formar grietas en la película, que pese a su belleza visual – no en vano el director de fotografía es el notable Robert Elswit- pierde enfoque al engolosinarse con los mecanismos de su guión que, más allá de la habitual arquitectura de rompecabezas a la que ya nos ha acostumbrado, puede resultar predecible para un espectador ya familiarizado con los giros del autor: esto resulta en que Fuego se siente como un dejà vú. Esto ya lo vimos, ya lo vivimos.




Miss Theron hace un trabajo muy logrado – como es su costumbre- aportando matices a un personaje que sin el “truco” de su historia, sería bastante menos interesante. Por otra parte, Kim Basinger es el otro pilar de la narrativa y funciona muy bien, apoyando a Jennifer Lawrence, cuya interpretación como la conflictiva adolescente 'Mariana' es clave para unir ambas tramas.

Arriaga promete, como director, pero aún se queda un poco corto. Coreografia muy bien sus escenas y la edición le ayuda a romper la línea convencional, pero estos aires pueden resultar pretenciosos a la larga – y de hecho, la película llega a sentirse peligrosamente así varias veces- y le restan emoción a su historia, que se antoja como algo ya visto. La película no es mala y se deja ver, pero no es lo que pudo. El autor seguramente tiene más historias qué contar y cuando se decida a salir de su zona de comfort, en la que ya logró todo lo que tenía que hacer y realmente se arriesgue, dejando de preocuparse por imprimir una 'rúbrica personal', entonces tal vez pueda sacudirse del todo la huella de Iñárritu y decir “esta boca es mía”... pero ese momento aún no ha llegado.




Fuego/The Burning Plain.
Con Kim Basinger, Charlize Theron, Jennifer Lawrence, Joaquim de Almeida, José María Yazpik, Danny Pino y Robin Tunney
Dirige: Guillermo Arriaga
Estados Unidos 2009


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Christopher Nolan sueña despierto

Es el director joven con mayor demanda en el mundo: su carrera ostenta algunos de los títulos más emblemáticos del siglo XXI y con El Origen, se perfila como el heredero aparente de Stanley Kubrick, nada mal para un chico inglés de 40 años.

Miguel Cane




Christopher Nolan – nacido en Londres en 1970- admite que desde niño estuvo obsesionado con el cine y ahora, literalmente, vive de su obsesión: en sólo doce años, ha establecido una de las carreras más admiradas y mejor recibidas de las últimas décadas y ha sido nombrado en más de una ocasión “El nuevo Kubrick”, un título que, asegura, lo abruma y siente que no merece: sin embargo, su fascinante nuevo filme, El Origen, refuerza esta noción y probablemente sea la cinta que lo cimente definitivamente como uno de los nuevos genios del séptimo arte.

Esta es tu primera película a gran escala basada en una idea original desde tu debut. ¿Qué te dio la confianza para dar este salto?
La adaptación de un cómic, la adaptación de una novela, el remake de otra película… una secuela, todo eso es lo que he hecho antes. Lo interesante de este concepto original es que han pasado diez años desde que tuve las primeras ideas hasta que terminé el guión; para entonces, has vivido con esas ideas por tanto tiempo que no es algo tan distinto como trabajar con la historia de alguien más, por ejemplo. Como con Memento, cuando adapté el cuento de mi hermano, ocurrió lo mismo. Tomas esa historia como propia, y como para mí el proceso de hacer un guión es muy largo, me toma años el conjuntar un guión. Para cuando llegas al final, se empieza a sentir que es un poco irrelevante el punto desde el cuál comenzaste. Así que la experiencia ha sido muy similar, de hecho.




Debido a que es muy complejo el concepto de El Origen, me parece que es una película que sólo pudo ser hecha después del éxito comercial de Batman: el caballero de la noche. ¿Esa libertad te dio poder para ir más allá de los límites de lo que puedes hacer, o hubo más presión para amoldarse, quizás, a una estructura y una forma más convencional, más accesible a la audiencia?
Después de filmar Batman: el caballero de la noche, me preguntaron si sentía alguna presión particular para la próxima película, y no es realmente el caso. Te lo pongo de esta manera: sentí una responsabilidad. No es muy frecuente que tengas éxito comercial y que luego tengas algo que quieras hacer que puede entusiasmar a la gente, así que es una gran oportunidad, y la responsabilidad que sentimos en hacer lo que creímos que es la mejor película posible –la película más interesante posible ya que, obviamente, con el éxito de Batman: el caballero de la noche estábamos en una posición donde el estudio nos tenía mucha fe y confianza para hacer algo realmente especial. Esas oportunidades para los cineastas son muy raras, y sentí mucha responsabilidad para tratar de hacer algo realmente memorable en esta oportunidad.




Has hecho un trabajo fantástico al mantener El Origen en el misterio durante todo el año pasado. Todos sabíamos que se estaba filmando, que se iba a estrenar, pero nada más. ¿Cómo equilibras ese secreto con la necesidad de darle a la audiencia información suficiente para que quiera comprar un boleto?
Bueno, en verdad es difícil equilibrar el mercadeo de una película y mantenerla fresca para el público. Mis experiencias más placenteras como espectador siempre han sido el ir al cine, sentarme, que las luces se apaguen y la película se proyecte en pantalla y no sepas casi nada de ella, que no conozcas cada vuelta de la trama y cada movimiento de los personajes ni lo que va a ocurrir. Quiero que una película me sorprenda y me entretenga, así que eso estamos tratando de hacer con el público. Obviamente, también tenemos que vender la película. Es un equilibrio que, creo, Warner Brothers está manejando muy bien. Supongo que en algún momento, el mantener algo en secreto conduce a su propio grado de exageración, pero no pienso en ello como un exceso de confidencialidad o clandestinidad. Creo que es algo apropiado si se hace con medida. Ya sabes, invitamos al público a que venga y nos basamos en algunas imágenes e ideas de la historia y su premisa, pero no queremos contarla toda. Creo que hoy, con mucha frecuencia, se revela demasiado de una película en su mercadeo.




El tema de El Origen es el mundo de los sueños. ¿Te han fascinado toda tu vida, piensas de forma distinta sobre ellos luego de trabajar en esta película?
Me fascinan los sueños… desde que era niño, y pienso que la relación entre películas y sueños siempre me ha interesado. Me gustó la idea de representar los sueños en cine, y he estado trabajando en el guión por algún tiempo, en realidad diez años en la forma en que los has visto en la película con esa estructura de “robo”. Para mí, el interés principal en los sueños y en hacer esta película es la noción de que, mientras estás dormido, en tu mente puedes crear todo un mundo y que lo estás viviendo sin darte cuenta de que sueñas. Creo que eso dice mucho del potencial de la mente humana, en especial el potencial creativo. Es algo que encuentro fascinante.




Mencionaste que te gustó la idea los sueños en cine. ¿Querías explorar el concepto de cine como un tipo de ensoñación?
Mira, yo creo que cuando reflexionas sobre la idea de ser capaz de crear un mundo ilimitado y usarlo como un espacio para la acción y la aventura, te acercas inevitablemente hacia mundos cinematográficos, sean como las películas de Bond o cosas así. Algunas ocasiones en mi vida he experimentado el “sueño lúcido”, que es uno de los puntos importantes de El Origen –la idea de darte cuenta de que estás en un sueño y tratas de cambiarlo o manipularlo de alguna forma. Es una experiencia muy sorprendente para quién la tiene. Está claramente plasmada en la película y es una parte importante de ésta. Así que, sin ser muy consciente mientras escribía el guión dejé que mi mente divagara hacia donde quería dirigirse naturalmente; por lo tanto muchos fragmentos de distintos géneros cinematográficos –de espías, de suspenso, ese tipo- se permearon de manera natural en ese mundo.

¿Investigaste sobre los sueños y las ciencias que se relacionan con ellos?
No tiendo a investigar mucho mientras escribo. Me enfoque en El Origen de la misma manera en que lo hice en Memento con la memoria y su pérdida, que fue examinar mis propios procesos; en este caso, sobre los sueños –en Memento sobre la memoria- y tratar de analizar cómo trabajan, cómo pueden cambiar y ser manipulados. Cómo puede surgir una regla de mi propio proceso. Lo sé porque pienso mucho sobre lo que encuentro, y la investigación es sólo para confirmar lo que piensas, lo que quieres hacer. Si la investigación contradice lo que quieres hacer, tiendes a seguir adelante y hacerlo de todas maneras. Así que en determinado momento me di cuenta de que si quieres comunicarte con el público, la mejor manera es ser tan subjetivo como te sea posible y tratar de escribir a partir de una experiencia auténtica, genuina. De hecho, la mayor parte surge de mis propios procesos, de mi propia experiencia.




¿En algún momento consideraste hacer la película en 3D?
Sí, claro, evaluamos filmarla en distintos formatos antes de entrar al rodaje incluyendo la tecnología 3D. Luego, cuando editamos la película, revisamos el proceso de postconversión y obtuvimos pruebas muy buenas. Después, cuando vi el tiempo que nos quedaba y en qué tenía que enfocarme para terminar el filme; decidí que no teníamos el tiempo suficiente para obtener el nivel de calidad que deseaba. Pienso que la cuestión de la 3D realmente pertenece al público. Según las pruebas que hemos visto, es perfectamente posible post-convertir muy bien un filme, pero a mí no me gusta tener lentes cuando veo una película, y me gusta ver una imagen muy brillante en la que pueda sumergirme. Así que, al final, estoy muy contento de distribuir y exhibir la película en copias de 35 mm que se proyectarán con mucha brillantez y con la más alta calidad posible de imagen. Eso es lo que realmente me entusiasma.

¿Cómo ha cambiado el cine desde que empezaste a trabajar en Hollywood hace 12 años?
En cuanto a lo que se refiere a mi trabajo como director, lo que siempre digo –que puede ser muy difícil que la gente entienda- es que para mí el proceso cinematográfico siempre ha sido el mismo. Cuando estaba haciendo Following, que se rodó con mis amigos un día a la semana durante un año, conjunté la película de esa manera. Para mí, lo que hago en el estudio es ver cómo ocurren las cosas como si fuera un miembro del público, y tratar de ver “qué es la imagen que estamos fotografiando, cómo hará que avance la historia, y cuál será la siguiente imagen”. Ese es el proceso que, para mí, no ha cambiado; extrañamente siempre es similar no importa que tan grande sea la película.

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Oksana Grigorieva, la femme de Mel Gibson, avant la chirurgie !

Written By sitemp3 on Senin, 19 Juli 2010 | 23.00

oksana grigorieva surgery

On avait tous remarqué qu'Oksana Grigorieva, l'ex-compagne de Mel Gibson (à qui elle a notamment servi de punching ball...), n'avait pas grand chose de naturel au niveau du visage, eh bien, en voila la preuve : On ne la reconnait même pas sur les photos avant la chirurgie...

Image : Oksana Grigorieva awful plastic surgery.

BlogBang

La cellulite du jour : Sofia Vergara !

Written By sitemp3 on Minggu, 18 Juli 2010 | 23.00

sofia vergara

Vous vous souvenez de mon dernier post sur la magnifique Sofia Vergera ? Et bien, je viens de découvrir que la miss a de la cellulite !

Image : Sofia Vergera has cellulite

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Pour ceux qui aiment les femmes en plastique...

Written By sitemp3 on Rabu, 14 Juli 2010 | 23.00

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Voila Nina Moric avant et après chirurgie... Elle fut Miss Croatie en 1996 et accessoirement ex-femme de footballeur (elle a été un moment avec Marco Borriello, joueur de Milan).

Jolie bouche de canard, hein ! Et bien sûr : Nez retouché, pommettes et paupières également... Très naturelle...

Pour voir tous les autres people avant et après chirurgie, c'est ici !

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Non, Kim Kardashian n'a pas fait de chirurgie esthétique... Non, jamais !

Written By sitemp3 on Selasa, 13 Juli 2010 | 23.00

kim kardashian

Ah la la, quelle menteuse cette Kim Kardashian ! Elle est TOUTE refaite et elle persiste à dire la contraire... ça se voit quand même comme le nez au milieu de la figure, non ?
Retrouvez toutes les photos de Kim Kardashian ici

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El Origen / Inception, de Christopher Nolan

Miguel Cane



Dom Cobb (Leonardo DiCaprio) es un hábil y conspicuo ladrón internacional, no de joyas, sino de secretos, mismos que extrae con maestría de la profundidad del subconsciente durante el sueño, que es, como él mismo explica, el momento en que la mente es más vulnerable a cualquier embate.




Esto se logra mediante una técnica en la que valiéndose de un talento superior y un equipo profesional, Cobb consigue el entorno de los sueños se convierta en algo moldeable. El concepto se basa en tomar una idea o un pensamiento, cuando cristalizan en el cerebro del durmiente, que adquieren una energía que es equiparable a la realidad.

El talento de Cobb para esta nueva modalidad del espionaje industrial lo ha convertido en un agente cotizado, pero también en objeto de una cacería que lo ha hecho dejar todo, inclusive su familia, para vivir a salto de mata, hasta encontrarse con una última oportunidad de recuperar lo perdido, mediante un “trabajito” -elemento arquetípico de tramas como ésta: la ocasión de redimirse en una misión final- que le propone Saito (Ken Watanabe). Su encargo consiste en penetrar la mente de Robert Fischer (Cillian Murphy), heredero de un imperio corporativo multimillonario.

El truco aquí consiste en actuar a la inversa: la invasión a la mente de otra persona no es para robar un secreto, sino para introducir una idea en la psique de Fischer. Esto representaría el crimen perfecto si sale bien... pero hay muchos elementos variables y peligrosamente cercanos que buscan impedírselo; y ni su cuidado para estos detalles lo han preparado para confrontar lo que es posiblemente su mayor temor: el reencuentro con Mallory (Marion Cotillard), la mujer que fue su esposa y ahora podría simbolizar su fin.

Tomando elementos de todo su canon, muy especialmente de su inquietante opera prima, Following, Christopher Nolan es no sólo un cineasta brillante, también es un narrador que cuida todos los elementos de su estructura, si bien corre el riesgo (como sucede aquí) de irse por derroteros demasiado barrocos y jugar demasiado con las percepciones del espectador, que tendrá que decidir si le sigue el juego o no.

Por otra parte, trabajando con su primer guión en solitario en muchos años, Nolan se deja ver como un artesano a la hora de confeccionar los personajes que bordan su trama. En El Origen, cada participante es preparado hasta llegar a niveles de preciosismo y el reparto (que incluye en roles clave a Ellen Page, Joseph Gordon-Levitt, Tom Berenger y Michael Caine (en un rol siniestro y formidable, a la altura de su talento), se aplica con honores; si bien el guión algunas veces se tambalea entre tantos laberintos y vueltas de tuerca, afectando no el desempeño actoral, sino la relación del espectador con el personaje, que deber ser el vínculo más importante en una sala de cine, más allá de las imágenes.

En ese aspecto, la película es (como era de esperarse) impresionante: Nolan aprovecha su trabajo en locaciones de Londres, Tokio, Los Ángeles, París, Tánger y Calgary y los convierte en escenarios alucinantes, aunque lo que realmente llama la atención es el método utilizado para plasmar el concepto de los viajes al subconsciente: creados específicamente por computadora, los panoramas oníricos superan el trabajo creado por Tarsem Singh en La Célula y dejan la marca muy alta, para que otros cineastas intenten emular a Nolan.




El Origen es una película espectacular y sofisticada, si bien puede resultar indigesta, incomprensible o terriblemente pretenciosa para aquellos que no logren conectar con el mundo propuesto por su creador. La Cotillard deslumbra en un rol desafiante y ambiguo, mientras que, nuevamente, el punto flojo es DiCaprio, que básicamente repite la interpretación que dio a Scorsese en Shutter Island en un personaje que tiene muchas similitudes temáticas con el que interpretó en esa otra cinta. El Origen no es mala, pero tampoco es una obra maestra, aunque está muy cerca. El día que Nolan deje de tratar de ser Kubrick, seguramente conseguirá filmar una cinta que pueda llamarse así. Por mientras, éste es un trabajo hermosamente realizado e inquietantemente ambiguo, que opaca, bastante, la nimia oferta de la cartelera este verano.

Inception/Origen
Con Leonardo DiCaprio, Marion Cotillard, Ken Watanabe, Ellen Page, Cillian Murphy, Tom Berenger, Joseph Gordon-Levitt, Talulah Riley y Michael Caine.
Dirige: Christopher Nolan
Estados Unidos/Reino Unido 2010

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Notas sobre la evolución de la imagen de la comunidad afroamericana en el cine estadounidense (1915 - 2010)

NOTAS SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA IMAGEN DE LA COMUNIDAD AFROAMERICANA EN EL CINE ESTADOUNIDENSE (1915-2010)

Francisco Peña










0. Introducción.
1. El nacimiento de una nación
2. De los 20 a los 40
2.1 El cine negro para los negros
2.2 Actores blancos con la cara negra
3. La Segunda Guerra Mundial
4. La década de los 50
5. La década de los 60
6. La lucha por el cambio de imagen en los medios. De los 60 a la actualidad
7. Conclusión


ANEXOS
- Nota
- Roger Ebert's Journal. How do they get to be that way?
- Review: Invictus. Kenneth Turan
- Afro-American Film Critics Association

YYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY

“Estamos aquí por cuatro razones principales: igualdad de oportunidades, inclusión, vocación de mestizaje e ideas en diálogo. Venimos a hacer las tareas que los jóvenes nos dictan”. Gastón Melo Medina. Espacio 2010 y Evento Vanguardia Latina. Los Ángeles, California, Estados Unidos. 28 septiembre 2008

0. Introducción
La caracterización, puesta en escena y roles de la “comunidad negra” que apareció en el programa 1:M (Primero el Mundial) de Televisa, así como su interrelación de dependencia con el personaje “Brozo” retomaron y difundieron masivamente los estereotipos más pobres que puedan existir en el imaginario mexicano, el cuál fue reforzado precisamente en puntos culturales donde se le mostró como inferior.



Esto provocó en Estados Unidos que se publicaran editoriales muy críticos y duros en periódicos de prestigio como Los Angeles Times. Los elementos señalados fueron:

- Imagen de primitivos en “vestuario” (taparrabos, collares, etc.).
- Presencia de caldero (¿canibalismo?)
- Usan gestos y sonidos pero poco lenguaje no entendible (primitivismo).
- Participación como comparsas.
- Se reprodujo una relación de dependencia/sumisión con “Brozo” (ordenados, albureados, en repetición del rol de “capataz” o “mandamás”.
- Hacia el final apareció el negro “gay”, también objeto de burla.
- Actores pintados de negros (aunque no es el elemento más importante, si es significativo).

Lo NO DICHO en la presentación de la comunidad “negra” en segmentos de comedia de 1:M y con Brozo fue un factor ACTIVO de invisibilidad real en pantalla:

Aunque los programas del Mundial de Televisa en general, y 1:M en particular, presentaron reportajes positivos de la población de Sudáfrica donde se mostraron problemas sociales, modernidad, vestimenta occidental actual, etc., también se hicieron reportajes positivos de la población rural: personas que viven con sus usos, costumbres y vestimentas tribales tradicionales. En el segundo caso, hubo pronunciamientos de orgullo por la conservación de las raíces étnicas y señalamientos de problemas frente a los cambios derivados de la modernidad. Pero estos elementos positivos, al menos en busca de un equilibrio, estuvieron ausentes en los segmentos cómicos.

- No aparecieron personajes en igualdad de condiciones e interrelación con conductores principales. No tuvieron un rol principal o proactivo.
- No hubo personajes o personas negras con vestimenta occidental; no hubo vestimenta tribal real portada como elemento positivo.
- No hubo manejo de tecnología actual por parte de una persona o personaje negro.
- No hubo situaciones de inclusión, sólo de burlas.
- Cuando hubo diálogo, no fue igualitario.

En los segmentos cómicos, la presencia de estereotipos de pobreza, dependencia, retraso social y tecnológico adjudicados sólo a la comunidad negra estuvieron acompañados por la ausencia significativa de elementos positivos. Esto sin contar otros estereotipos negativos apuntados a gays y mujeres en especial.

Varios de estos estereotipos y prejuicios han estado presentes en distintas culturas europeas e iberoamericanas durante los procesos históricos de colonización y descolonización. Por lo tanto, no extraña que en los países donde hay una fuerte presencia de comunidades negras se haya dado un proceso de reivindicación política de sus derechos, que conllevó también una reivindicación mediática de su imagen en los medios de comunicación.

El caso particular de los Estados Unidos es ilustrativo de cómo la comunidad negra ha buscado históricamente eliminar los estereotipos y prejuicios culturales denigrantes con los que se les ha presentado en los medios de comunicación. Son más de 90 años y aún no termina a pesar de avances notables.

1. El nacimiento de una nación
La primera manifestación fílmica importante en el cine de EU con estereotipos negativos sobre la comunidad negra estadounidense apareció en la cinta El nacimiento de una nación (David W. Griffith, 1915). A pesar de que se le reconoce su carácter fundacional del lenguaje cinematográfico, desde su estreno la comunidad negra y blancos liberales norteños denunciaron y criticaron sus elementos racistas y denigrantes hacia la raza negra.














Algunos de los estereotipos que aparecen en la cinta se perpetuaron y ampliaron durante décadas estableciendo una relación malsana entre sociedad e industria del cine. En El nacimiento de una nación los estereotipos fueron:

- Mujer negra o mulata seductora.
- Predicador.
- Negros armados (tropas negras norteñas) son el elemento más peligroso para la comunidad blanca. Puede extinguirla definitivamente.
- La igualdad de razas es una trampa. Oculta y busca la dominación negra.
- Mestizaje forzado.

Desde el enfoque de la comunidad blanca:
- El KKK es defensor de la “supremacía de la raza aria”.
- El KKK defiende “la libertad de expresión” de los ciudadanos blancos ante la opresión negra y sus cómplices norteños.
- El KKK castiga a los “malvados” negros justificados por una moral religiosa superior, por encima de las (injustas) leyes positivas (promulgadas en el Norte).
- Defensores de las mujeres blancas. Evitan el mestizaje con los negros.
- Los blancos siempre deben estar armados y siempre es por defensa.
- El KKK está motivado por religión protestante y patriotismo.






2. De los 20 a los 40
La representación estereotipada de la comunidad negra cuajó en el cine alrededor de los siguientes personajes, todos subordinados e inferiores en relación a los personajes WASP principales:

- El malvado negro “libre” del Norte. Siempre trata de obtener ventajas. Fraudulento. Maligno.
- El negro cómico. Sin inteligencia, patiño del personaje blanco, torpe. En ocasiones es bailarín o cantante.
- El negro de fuerza bruta. Salvaje, sin cultura, desafiante, peligroso para las mujeres blancas y se distingue por su deseo sexual. Nunca llega a tocar a la mujer blanca en imagen, violador y objeto de linchamiento.
- La “mamá” negra. Sustituto materno, sufrida y benévola, ama de llaves o sirvienta siempre al servicio del bienestar de la familia blanca (Lo que el viento se llevó).
- Negra o mulata seductora, cuyo único rasgo definitorio es la lujuria o el sexo. Seduce al hombre blanco provocándolo y luego se queja del daño.
- El mulato trágico. Resultado de errores sexuales de los hombres blancos seducidos por negras lascivas. No pertenece a ninguna de las dos comunidades y su tragedia nace de su desubicación.
- El sirviente fiel (mayordomos, jardineros e incluso esclavos). Su único interés en la vida es el bienestar de la familia blanca.
- Predicador religioso (personaje de más prestigio) pero sólo para iglesias negras; no tiene feligresía blanca.
- El joven ladrón. Nunca confiable, vagabundo, cobarde, no roba cosas importantes porque desconoce su valor: roba gallinas. Exconvictos.
- Todos los personajes, con excepción de los sirvientes relacionados con las familias blancas, son irredimibles.



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2.1 El cine negro para los negros
Nace por iniciativa de inversionistas afroamericanos para dar una imagen más positiva de la cultura de la negritud ante sus propios miembros. Actores y personajes principales son negros. Se proyecta en barrios negros porque las distribuidoras mayores no los proyectan en barrios blancos. Es el antecedente del cine independiente negro que nace en los 70 y culmina en la obra de Spike Lee.

2.2 Actores blancos con la cara negra
No es un rasgo definitorio pero sí significativo. No representan personajes negros ante ausencia de actores negros (como sucedió en el cine mexicano: Angelitos negros). Se dio en dos vertientes: en comedia, para que el blanco satirizara los estereotipos sobre la comunidad negra en películas para blancos; en situaciones donde el blanco toma elementos de la cultura negra y los hace suyos convirtiéndose en propietario del bien cultural negro asimilado a la cultura blanca (Al Jonson, en




3. La Segunda Guerra Mundial
El conflicto armado llevó al cine –y a la industria cultural- a la modificación obligada de los roles de los miembros de la comunidad negra y de las mujeres en general, ya que su participación en el esfuerzo bélico era indispensable.

En el contexto bélico general, la acción política de la comunidad negra fue creciendo progresivamente y de forma imparable, harta de ver en pantalla prejuicios y estereotipos en su contra, lo que obligó a que la industria del cine negociara con los líderes negros (hecho poco conocido).

En la primavera de 1942, los líderes de la NAACP y los ejecutivos de los estudios de Hollywood tuvieron pláticas Y NEGOCIARON algunos cambios sociales y procedimientos en pantalla. Esto resquebrajó por fin la imagen de la comunidad negra que se proyectaba hasta entonces, enraizada en los prejuicios de la sociedad esclavista del Sur de EU desde antes –y después- de la Guerra de Secesión (1861-1865).

Acuerdos:
- Los estudios acordaron abandonar los roles sociales peyorativos donde se encasillaba a los negros.
- Poner a los personajes negros, incluidos los extras, en posiciones/lugares que razonable y verdaderamente ocuparan en la sociedad.
- Integrar e incluir a miembros de la comunidad negra en los cuadros de técnicos de los estudios (esto ayudó a pocas personas pero las implicaciones para el futuro fueron muy importantes cuando se incluyeron actores negros hasta que se convirtieron también en “estrellas” de taquilla).

Hay que mencionar que la primera nominación y el primer Oscar para una persona negra se entregó en 1940. Fue para la actriz Hattie McDaniel, por Mejor Actriz en Papel Secundario, por su papel en Lo que el viento se llevó como “Mammy, la sirvienta” (repitiendo aún un estereotipo “aceptable” de los 30 por su sumisión y compromiso con la familia blanca sureña durante la Guerra Civil: Scarlett O’Hara y la propiedad Tara).








4. La década de los 50
Esta década está marcada por la aparición de dos elementos en pantalla: actrices y actores negros en papeles serios (Sydney Portier, Dorothy Dandridge, Harry Belafonte) y la exposición de las tensiones raciales de la sociedad estadounidense con un tinte liberal y antirracista. Asimismo, surgieron los primeros productos fílmicos de prestigio con respeto a la comunidad negra (Stormy Weather, 1943), St. Louis Blues (1958) y Porgy & Bess (1959).

5. La década de los 60

Pero aunque pasemos esta ley (de los Derechos Civiles), la batalla no habrá terminado... Será el propio esfuerzo de los negros americanos el que les asegure todas las bendiciones de la vida americana. Su Causa también debe ser nuestra Causa. Porque no son sólo los negros, sino en realidad todos nosotros, los que debemos vencer la herencia paralizante de la intolerancia y la injusticia. Y venceremos.
Lyndon B. Jonson, 2 julio 1964.

Los resultados del acuerdo NAACP-Estudios fueron magros en los 50, pero se incrementaron en los años 60 cuando fueron impulsados por las nuevas protestas del Movimiento por los Derechos Civiles encabezadas por Martin Luther King y Malcolm X, y cuyo activismo se remonta al siglo XIX con figuras como Frederick Douglass.





Se buscó combatir:

- Segregación racial (discriminación en transporte local e interestatal, servicios del gobierno, educación) que dividía espacios para las razas. Servicios y áreas para la comunidad negra eran visiblemente inferiores.
- Prohibición legal del voto. En el Sur, la comunidad negra tenía prohibido votar.
- Explotación económica. Menores salarios por mismo trabajo, negación de oportunidades de empleo y vivienda, discriminación para pedir y en el trabajo.
- Violencia legal y organizada contra la comunidad negra.

Algunas características de este movimiento fueron:

- La movilización social reemplaza a la litigación en cortes.
- Estrategia combinada de acción directa, resistencia pacífica y desobediencia civil.
- Registro y organización de votantes negros

Peticiones generales del movimiento
- Petición de legislación sobre derechos civiles
- Programa federal de empleo masivo
- Empleo en igualdad de condiciones
- Vivienda digna
- Derecho al voto
- Educación integrada adecuada (primaria a universidad)

El movimiento siempre buscó que las acciones estratégicas y tácticas recibieran la mayor cobertura mediática nacional, resaltando también las acciones violentas de grupos como el KKK.

Ejemplos
- La fotografía tomada en San Agustín, Florida, publicada en un diario de Washington (1965), que muestra al gerente del Hotel Monson derramando ácido en la alberca donde nadaban negros y blancos de manera integrada.





- La presencia en noticieros de TV nacionales de imágenes de la marcha de Selma, Alabama (7 marzo 1965). Los 600 manifestantes fueron atacados por policías locales y guardias estatales con macanas, gas lacrimógeno, toletes envueltos con alambre de púas y látigos. Algunos estudiantes de secundaria cayeron al piso mientras eran mordidos por perros pastores alemanes.



Primero con el apoyo de la administración federal de Kennedy y después la de Johnson, el Acta de Derechos Civiles se aprobó el 2 de julio de 1964. Respondió favorablemente a la mayoría de las peticiones antidiscriminatorias de la comunidad negra aunque “se quedó” corta en la cuestión del voto. Prohibió la discriminación basada en “raza, color, religión u origen nacional” en las prácticas de empleo y servicios públicos. También derogó las leyes estatales y locales que requerían esa discriminación (entre otras, las famosas leyes antinegras “Jim Crow”).

Sin embargo, el vuelco hacia el empoderamiento vía el voto democrático se da con el Acta de Derechos de Voto (firmada por Johnson el 6 de agosto de 1965. En pocos meses se registraron más de 250 mil nuevos votantes negros. Para 1969 se duplicó el número de votantes registrados. En 1965, Mississippi tenía el porcentaje nacional más alto de votantes negros registrados en un estado (74%) y fue líder en el número de funcionarios públicos negros elegidos. En 1969, Tennessee tuvo 92%, Arkansas 77% y Texas 73%.

6. La lucha por el cambio de imagen en los medios. De los 60 a la actualidad
Los cambios provocados por el Movimiento por los Derechos Civiles y el repudio a la Guerra de Vietnam, más el apoyo de la comunidad judía al movimiento de la comunidad negra provocó cambios significativos en los medios de comunicación, entre ellos el cine.

Por el lado de los medios hubo mayor receptividad y reconocimiento de la importancia económica y social de la comunidad negra; por otra parte, cumplidos ciertos objetivos políticos primarios, la misma comunidad negra buscó el cambio de su imagen en los medios como nuevo objetivo.

Así se explica que en 1962 (antes de los cambios más notables mencionados), la cinta que creó polémica fue Matar a un ruiseñor / To Kill a Mockingbird (Robert Muilligan), pero el personaje central no era el negro acusado de violación y a punto de ser linchado (personaje ya serio y actuado por un actor negro); era el abogado liberal del Sur (Gregory Peck) que lo defendía con éxito por respeto a la ley, y que era amenazado por el KKK. La moraleja era la enseñanza de los valores antidiscriminatorios del padre blanco hacia su hija, la nueva generación.





Para 1967 (después de los cambios) Hollywood produce ¿Adivina quién viene a cenar? / Guess who’s come to dinner? (Stanley Kramer). El personaje centra ahora sí es un hombre negro (Sidney Portier) y se aborda un tema tabú en el cine: el mestizaje. El mensaje es positivo en medio del conflicto planteado. El personaje negro es profesor universitario y mantiene noviazgo con una chica blanca de clase media alta: pretenden casarse. Los padres de ella son conservadores que, después de conocer a Portier, aceptan la relación. Para remarcar el mensaje positivo para la generación mayor se contrató a dos actores muy identificados como pareja representante de dicha clase: Spencer Tracy y Katherine Hepburn. Portier adquirió el estatus de “estrella de cine”.





Sin embargo, aunque mejoró la imagen de la comunidad negra y se emplearon actores negros, la presentación positiva y aceptable de dicha comunidad en el cine hollywoodense era muy estrecha: sólo se aceptaban personajes de clase media con una asimilación perfecta a los valores del “american way of life”.

La exigencia a los medios y al cine fue que dieran una imagen más realista, que se ampliara a la multiculturalidad de la comunidad negra americana, y que incorporara las diferencias de sus raíces (la proveniencia de las distintas etnias y no de los países formales: yoruba, congo, tutsi, masai, etc).

Así, los líderes de la comunidad siguieron presionando a los medios (ahora más a la TV que al cine), impulsaron el movimiento de “la negritud” (con el slogan Black is beautiful) y crearon sus propios medios de comunicación (los más accesibles económicamente: periódicos, revistas, radio, teatro y especialmente la música) para luego interrelacionarlos.

En el cine, toda esta estrategia se implementó por dos vertientes.

A. Entrada a la industria del cine
A partir de los acuerdos con la industria, el nuevo ambiente cultural y las leyes derivadas por la presión del Movimiento de Derechos Civiles, las puertas de Hollywood se abrieron a la comunidad negra. Desde los 70, cintas contestatarias como Vanishing Point / Carrera contra el destino (Sarafian, 1971) unieron la contracultura hippie con la negra; en este caso destaca el personaje central de Super Soul (Cleavon Little), DJ negro y ciego que “guía” al conductor Kowalski: aunque la radiodifusora sufre un ataque racista, Super Soul sigue transmitiendo.





En los 80, una década menos álgida, actrices y actores negros se unieron a la corriente principal (mainstream) de Hollywood. Desde entonces obtienen personajes principales y mantienen en pantalla relaciones igualitarias con los personajes blancos.

Actrices y actores como Whoopi Goldberg, Halle Berry, Angela Bassett, Denzel Washington, Will Smith y Eddie Murphy participan con frecuencia en cintas hollywoodenses comerciales serie A y son figuras internacionales. Pero un común denominador que los une a todos es el respeto a la comunidad negra y la promoción positiva de sus rasgos. Ninguno de ellos acepta papeles que puedan interpretarse como denigrantes.





El más proactivo en esta vertiente es Denzel Washington. Entre las cintas comerciales que filma, se involucra en proyectos más comprometidos con la visibilidad de su comunidad. Bastan tres ejemplos: la ya clásica Malcolm X (Spike Lee, 1992), Tiempos de gloria / Glory (Zwick, 1989, sobre los soldados negros que participaron en la Guerra Civil en apoyo al Norte) y Much ado about nothing / Mucho ruido y pocas nueces (Branagh, 1993, recreación de la obra de Shakespeare).









Whoopi Goldberg y Eddie Murphy, reconocidos cómicos, han evitado en pantalla actitudes discriminatorias que partan de sus personajes, aunque no dejan de hacer blanco de su comedia a personajes racistas: por ejemplo, Goldberg en Jumpin’ Jack Flash / Sálvese quien pueda (Penny Marshal, 1986), y Murphy en la serie Detective suelto en Hollywood.

La culminación de esta vertiente fue el reconocimiento otorgado a Denzel Washington y Halle Berry al ganar los Oscares a Mejor Actor y Mejor Actriz en 2002. En la producción, el ejemplo más reciente proyectado en las pantallas mexicanas es Invictus (Clint Eastwood, 2009), donde se observa el humanismo y la habilidad política de Nelson Mandela para evitar una guerra civil en Sudáfrica, implementar políticas no discriminatorias aceptadas por todas las comunidades étnicas y sepultar, para siempre, el apartheid.





Rasgos actuales de los personajes negros en Hollywood
- Igualdad de participación y visibilidad: trabajo en equipo con personajes blancos en igualdad de condiciones.
- Personajes principales, ya no secundarios.
- Profesiones y actividades de todo tipo. No hay “techo” como en los 30.
- Personajes que muestran con orgullo, de manera positiva, su ascendencia africana.
- Cuando lo plantea el guión, tienen rasgos de la corriente cultural de la “negritud”. Raíces africanas con el mismo valor que otras culturas humanas.
- Encarnan distintos tipos reales conforme a la multiculturalidad “hacia adentro” de la comunidad negra estadounidense. Incluso con comedia y sátira hacia esa tipología.

B. Cine independiente
Retoma los inicios de cine para la comunidad negra hecha por cineastas y técnicos negros. Ante la lentitud de los cambios en Hollywood, con base en el teatro serio y de revista, música y otras artes, las y los artistas negros producen sus propias películas con calidad industrial para atender a su público. Se puede citar a los directores Melvin van Pebbles (The Watermelon Man) y al reconocido Spike Lee, de quien ya se citó Malcolm X.





Este cine obtuvo su reconocimiento primero en Europa, en los festivales B y luego A: Tesalónica, Karlovy Vary, Locarno y después San Sebastián, Berlín, Cannes y Venecia.

Los rasgos principales que definen este cine independiente negro son:
- Películas más militantes y políticas que las producidas en Hollywood.
- Posicionamiento ante problemas como las nuevas y viejas formas de racismo que hoy afectan a la comunidad negra.
- Manifiestan con mayor visibilidad los rasgos de la corriente cultural de la “negritud”. Raíces africanas con el mismo valor que las otras culturas humanas.
- Plantean los conflictos actuales con otras etnias como las asiáticas y latinoamericanas.

C. En el caso de productos específicos, una de las cimas que unifica ambas vertientes es la serie Roots / Raíces (1977), que por primera vez visibilizó en televisión la saga de la esclavitud en Estados Unidos desde el punto de vista de la comunidad negra, desde la captura de esclavos en África hasta el final de la Guerra Civil.





Esta serie es importante porque los primeros capítulos describen las raíces africanas en un contexto cultural adecuado, con matices, sin simplificaciones y, por supuesto, sin estereotipos o prejuicios creados por Occidente para justificar su colonialismo en África.

De manera complementaria se crea en 2003 la African-American Film Critics Association (http://www.aafca.com/ ), cuyo compromiso es crear conciencia en la comunidad negra sobre las películas con atractivo universal para la misma, y la promoción cultural –visibilidad- de películas producidas, escritas, dirigidas y actuadas por personas afrodescendientes, con énfasis particular en cintas enfocadas en la experiencia social negra.

7. Conclusión
Como se puede inferir, los cambios históricos de la imagen de la comunidad negra en el cine estadounidense –extensivos a otros medios- han sido resultado de:

- Señalamiento de los rasgos discriminatorios de las películas.
- Estrategias y tácticas para visibilizar las demandas de la comunidad negra por la vía legal, por manifestaciones, boicot económico y por negociaciones.
- Creación de medios de comunicación pertenecientes a miembros de dicha comunidad.
- Políticas generales comunes de líderes negros en la comunidad cinematográfica, en especial actrices y actores.
- Posicionamiento de líderes de opinión de la comunidad negra en los medios (Oprah Winfrey).
- Negociación con representantes de los medios de comunicación para el establecimiento de políticas de imagen en pantalla, que sean satisfactorias para la comunidad negra.

Sin embargo, todos estos puntos están insertados en cambios más complejos que, tarde o temprano, modificaron las actitudes de los medios de comunicación por acciones sociales de la comunidad negra durante los siguientes períodos: las guerras de Secesión, Primera y Segunda Mundiales, Vietnam; el Movimiento de Derechos Civiles enfocado contra la cultura discriminatoria y de segregación; los movimientos de independencia y descolonización en África; el surgimiento de la cultura de la “negritud” en África y el Caribe.

En mayor o menor grado, todo este proceso cultural de las comunidades negras en el mundo –Estados Unidos es sólo el ejemplo más representativo por su importancia como nación- hace imposible el aceptar la difusión actual de imágenes y conceptos en los medios cuyas raíces se hunden en prejuicios y deformaciones nacidas al amparo –y falsa justificación- del colonialismo occidental. Estos estereotipos discriminatorios en el cine han sido denunciados desde hace más de 95 años; su progresiva modificación hacia polos más positivos e igualitarios se inició hace más de 68 años. El uso reciente de algunos de ellos en la televisión mexicana no sólo es un grave retroceso, es un acto discriminatorio vigente porque se impulsan actitudes de burla y sometimiento que se dan por “naturales”, pero que en la realidad han coartado los derechos de las comunidades negras en el mundo en general y en México en particular.

ANEXOS

Nota
En lugar de sacar citas relevantes de su contexto, se prefirió dejar los textos completos y en su idioma original para enriquecer los argumentos concentrados en dichas citas, que se resaltan en color negro.

- Roger Ebert es uno de los seis críticos estadounidenses históricos más reconocidos junto con Pauline Kael, Kenneth Turan, Richard Corliss, Andrew Sarris y Stanley Kauffmann, pero se considera que tiene la mayor influencia por su popularidad mediática. Con varios libros publicados y con alta actividad en internet (blog, IMDB, Rotten Tomatoes), es el crítico principal del diario Chicago Sun Times.

- Kenneth Turan es uno de los críticos más respetados por el segmento intelectual de la sociedad estadounidense. Crítico principal del diario Los Angeles Times.

- La Asociación Afro-americana de Críticos de Cine (AAFCA), de muy reciente fundación, es un ejemplo de la organización de la comunidad negra para impulsar su imagen positiva en los medios de comunicación, en especial cine y televisión.

En donde fue posible, se colocaron las ligas activas a la ubicación de los textos en Internet, no sólo para su posible consulta directa sino para la percepción de la atmósfera virtual en la que actúan.



Roger Ebert's Journal

http://blogs.suntimes.com/ebert/2010/06/how_would_i_feel_if.html


How do they get to be that way?

By Roger Ebert on June 6, 2010 10:23 AM






How would I feel if I were a brown student at Miller Valley Elementary School in Prescott, Arizona? A mural was created to depict some of the actual students in the school.

Let's say I was one of the lucky ones. The mural took shape, and as my face became recognizable, I took some kidding from my classmates and a smile from a pretty girl I liked.

My parents even came over one day to have a look and take some photos to e-mail to the family. The mural was shown on TV, and everybody could see that it was me.
Then a City Councilman named Steve Blair went on his local radio talk show and made some comments about the mural. I didn't hear him, but I can guess what he said. My dad says it's open season on brown people in this state [Arizona]. Anyway, for two months white people drove past in their cars and screamed angry words out the window before hurrying away. And the artists got back up on their scaffold and started making my face whiter.

We went over to my grandparent's house, and my grandmother cried and told me, "I prayed that was ending in my lifetime." Then there was more news: The City Councilman was fired from his radio show, the Superintendent of Schools climbed up on the scaffold with a bullhorn and apologized for the bad decision, and I guess the artists went back up and started making my skin darker again, but I didn't go to see, because I never wanted to go near that bullshit mural again.

I am not that American child. I am an American who was born before the schools were integrated in the South. I am an Midwesterner who went with his mother on a trip to Washington, D.C., and my cousin's company driver showed us the sights, but when we stopped for lunch at Howard Johnson's he explained he couldn't go inside because they didn't serve colored people. "But you're with us!" I said. "I know," he said, smiling over my head at my mother, "but they don't know who you are." Inside, I asked my mother why they wouldn't serve him. "They have their own nice places to eat," she said. I don't believe she was particularly upset on his behalf.

The first time I noticed that people had different colors of skin I was a very small boy. Our family laundry was done by a colored women on Champaign's North Side. She was our "warsher woman." Downstate you pronounced an invisible "R," so we lived on Warshington Street. I sat down on the floor to play with her son, who was about my age, and he showed me his palm and said it was as white as my palm. I noticed for the first time that the rest of him wasn't.

In Catholic grade school, there was a colored boy in my class--that was the word we used, "colored," although Negro was more formal. I remember the class being informed by a nun that he was "just as precious as the rest of you in the eyes of God." I believed most of what the nuns told us, and I believed that. It made sense. Some years later it occurred to me to wonder how he felt felt when he was singled out.

There were Negro students at Urbana High School, and I knew the athletes because I covered sports for the local newspaper. I didn't know them, you understand, in the sense of going to their homes or hanging out at the Steak n Shake, and I don't recall any of them at the Tigers' Den, the city's teen hangout in downtown Urbana. They did attend our school dances. There was a kid who wasn't an athlete, who I liked, and we talked and kidded around, but in those days, well, that was about that.

Strangely, during this time the "idea" of Negroes was on a wholly different track in my mind. I read incessantly during high school, and I met them in the novels of Thomas Wolfe and William Faulkner. I read Richard Wright's Black Boy and Native Son and Ralph Ellison's Invisible Man. So I had this concept shaping in my mind that bore no relationship to what was going on in my life. It was theoretical.

This is not a record of my reading but of my understanding. I don't know if you can understand what it was like in those days. Racism was ingrained in daily life. It wasn't the overt racism of the South, but more like the pervading background against which we lived. We were here and they were there and, well, we wished them well, but that was how it was. At this time it was becoming clear to me that I was not merely a Democrat, as I had been raised, but a liberal. When Eisenhower sent the National Guard to Arkansas, I defended him against some who said the federal government had no right interfering. So that was my political position. But where were my feelings centered? Theory will only take you so far.

In college, my understanding shifted. I attended the National Student Congress every summer, and during the one held at Ohio State, two things happened. I gave a dollar to Tom Hayden and he handed me my membership card in Students for a Democratic Society. And one night during a party at Rosa Luxembourg House, I met a Negro girl and we went outside and sat in the back seat of a car and we talked and kissed and she was sweet and gentle and she smelled of Ivory Soap. We feel asleep in each other's arms. We met again in maybe 10 years later in New York City, recognizing each other on the street, and had a drink and talked about how young we had been. In my inner development, I had been younger than she knew.

Those were the days of the Civil Rights Movement. We linked hands and sang "We Shall Overcome." We protested. We demonstrated. Among the students I met at those Student Congresses were Stokely Carmichael, Julian Bond--and, for that matter, Barney Frank. They were born to be who they became. I was still in a process of change. My emotional life was catching up to my intellectual or political life.

Later in the 1960s Negros became Blacks. As a movie critic, I sort of watched that happening. The new usage first appears in my reviews around 1967 or 1968. Afros. Angela Davis. Black exploitation movies. Black is beautiful. Long interviews with Ossie Davis, Brock Peters, Sidney Poitier, Abbey Lincoln, Yaphet Kotto. What point am I making? None. It's not as if I sat at their feet and learned about race. It's more that the whole climate was changing, growing more free and open, and the movies were changing, too.

At some time during the years after the day I sat on the floor and looked at that little boy's palm, something happened inside me and I saw black people differently--and brown people and Asians as well. I made friends, I dated, I worked with them, I drank with them, we cooked, we partied, we laughed, sometimes we loved. This is as it should have been from the start of my life, but I was born into a different America and was a child of my times until I learned enough to grow up. I do not propose myself as an example, because I was carried along with my society as it awkwardly felt and fought its way out of racism.

When I proposed marriage to Chaz, it was because of the best possible reason: I wanted to be married to this woman. Howard Stern asked me on the radio one day if I thought of Chaz as being black every time I looked at her. I didn't resent the question. Howard Stern's gift is the nerve to ask personal questions. I told him, honestly, that when I looked at her I saw Chaz. Chaz. A fact. A person of enormous importance to me. Chaz. A history. Memories. Love. Passion. Laughter. Her Chaz-ness filled my field of vision. Yes, I see that she is black, and she sees that I am white, but how sad it would be if that were in the foreground. Now, with so many of my own family dead, her family gives me a family, an emotional home I need. Before our first trip out of town, she took me home to meet her mother.

I believe at some point in the development of healthy people there must come a time when we instinctively try to understand how others feel. We may not succeed. There are many people in this world today who remain enigmas to me, and some who are offensive. But that is not because of their race. It is usually because of their beliefs.

That brings me back around to the story of the school mural. I began up above by imagining I was a student in Prescott, Arizona, with my face being painted over. That was easy for me. What I cannot imagine is what it would be like to be one of those people driving past in their cars day after day and screaming hateful things out of the window. How do you get to that place in your life? Were you raised as a racist, or become one on your own? Yes, there was racism involved as my mother let the driver wait outside in the car, but my mother had not evolved past that point at that time. The hard-won social struggles of the 1960s and before have fundamentally altered the feelings most of us breathe, and we have evolved, and that is how America will survive. We are all in this together.

But what about the people in those cars? They don't breathe that air. They don't think of the feelings of the kids on the mural. They don't like those kids in the school. It's not as if they have reasons. They simply hate. Why would they do that? What have they shut down inside? Why do they resent the rights of others? Our rights must come first before our fears. And our rights are their rights, whoever "they" are.

Not along ago I read this observation by Clint Eastwood: "The less secure a man is, the more likely he is to have extreme prejudice." Do the drive-by haters feel insecure? How are they threatened? What have they talked themselves into? Who benefits by feeding off their fear? We have a black man in the White House, and I suspect they don't like that very much. They don't want to accept the reality that other races live here right along with them, and are doing just fine and making a contribution and the same sun rises and sets on us all. Do they fear their own adequacy? Do they grasp for assurance that they're "better"--which means, not worse? Those poor people. It must be agony to live with such hate, and to seek the company of others so damaged.

One day in high school study hall, a Negro girl walked in who had dyed her hair a lighter brown. Laughter spread through the room. We had never, ever, seen that done before. It was unexpected, a surprise, and our laughter was partly an expression of nervousness and uncertainty. I don't think we wanted to be cruel. But we had our ideas about Negroes, and her hair didn't fit.

Think of her. She wanted to try her hair a lighter brown, and perhaps her mother and sisters helped her, and she was told she looked pretty, and then she went to school and we laughed at her. I wonder if she has ever forgotten that day. God damn it, how did we make her feel? We have to make this country a place where no one needs to feel that way.





http://articles.latimes.com/2009/dec/11/entertainment/la-et-invictus11-2009dec11

Review: 'Invictus'
In this stirring film, Clint Eastwood recounts the true tale of Nelson Mandela and his plan to use rugby to unite his nation.

MOVIE REVIEW

December 11, 2009By Kenneth Turan film critic

"Invictus" is Clint Eastwood's latest and most unexpected foray in his one-man campaign to make movies the way they used to be made. Instead of a thriller, war movie or western, the director has turned out a stirring drama about South African leader Nelson Mandela, blending entertainment, social message and history lesson in a way that recalls such decades-old films as "The Story of Louis Pasteur," "The Life of Emile Zola" and "Dr. Ehrlich's Magic Bullet." The more things change, the more they remain the same.

Eastwood, who will be 80 next year, understands the flow of narrative in a way younger directors might envy. Working here with co-stars Morgan Freeman and Matt Damon, he doesn't allow anything, especially not splashy technique, to get in the way of simply telling a story. Over the last several years, he's become as much of a brand name as Pixar when it comes to audience satisfaction that you can count on.

The story he tells, based on a script by Anthony Peckham, is far from the ordinary great-man tale. It focuses on one particular moment in history when the newly elected Mandela, played by Freeman, tried something so brazen, so risky, that his closest advisors were not only against it, but they also considered it political suicide.

As detailed in journalist John Carlin's "Playing the Enemy," the excellent book on which the screenplay is based, Mandela, in his usual "half-instinctive, half-calculating way," came up with the notion of using sport in general and rugby in particular in a manner that no one had ever thought of before. He decided to use perhaps his country's most divisive symbol as a way to unite South Africa's white population (fearful of being marginalized after Mandela replaced decades of white-supremacist apartheid government) with its striving, long-oppressed fellow countrymen.

"Invictus" opens with a particularly illustrative tableau centering on a 1990 motorcade driving a just-freed Mandela from his Robben Island prison. On one side of the road, black South Africans take time out from soccer to cheer loudly, while on the other side their white counterparts are playing rugby and listening as their coach says: "It's the terrorist Mandela. They let him out. This is the day our country went to the dogs."


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The African-American Film Critics Association (AAFCA) actively reviews cinema at-large, with a particular emphasis on films which include the Black experience. The organization creates a platform for movies with universal appeal to the African-American community, while highlighting films produced, written, directed and starring, persons from the African Diaspora. Our members are also involved in our advocacy work that includes programming for students interested in film criticism and journalism.

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